LA VALENTÍA
A diario escuchamos hablar o leemos sobre la enfermedad corporal pero pocas veces hablamos de la enfermedad espiritual. ¿Cuántas personas puede haber en este momento que viven con un alma enferma o con un corazón pachucho? Haciendo una terapia, me he topado de bruces con la energía raíz que nos permite vivir con un mínimo de calidad espiritual en la Vida: LA VALENTÍA.
Muchas veces me han dicho: “es que tú eres muy valiente”. Y la verdad es que alguna vez lo he reconocido pero sinceramente no lo entendía. No por nada, sino porque la valentía que supuestamente ven en mí, la veo en estas personas en su día a día. Tenemos una imagen concreta de la persona que es valiente asociada a actos concretos que nosotros no llevaríamos a cabo porque no concuerda con la imagen que tenemos de nosotros mismos. Sin embargo, la verdad no es esta. Creo que toda persona que dice es que es muy valiente está identificando esa valentía fuera de sí porque no la tiene localizada dentro.
Sinceramente, en primer lugar creo que elegimos encarnar como acto de valentía. Cuando elaboramos nuestro plan de alma, ¡somos muy valientes! Nadie nos asegura que vayamos a cumplir lo que nos proponemos pero nos mueve un acto de confianza en nosotros mismos inexorable. Una vez olvidados de nuestro plan en nuestro cuerpazo físico, somos valientes cada mañana al despertarnos, con cada acto que llevamos a cabo, cuando confiamos en nosotros, cuando nos dejamos de exigir, cuando buscamos respuestas allá donde no las hay, cuando nos sumergimos en una carrera que no sabes qué frutos dará, cuando tenemos hijos, cuando estamos en pareja, cuando aprendemos a conducir, cuando hacemos una llamada, cuando nos miramos al espejo… ¡Todo son actos de valentía!
Ahora es cuando la vida y la semántica hace su magia. Para ser VALIENTE hay que tener VALOR. El valor de la valentía y el valor del valeroso, del que lo vale porque sí y punto, valor porque no hay otra forma de vivir. Una vida sin valor, es una vida vacía y sin hogar, sin raíces, sin acompañamiento… Creo que vivir en este vacío durante mucho tiempo es algo así como el suicidio espiritual. Hay muchas personas que viven sin valorar nada de cuanto les rodea, y solo un acto de valentía les hará salir de ahí. Así, el valor del alma se traduce en un acto de valentía.
Así que, si te has puesto situaciones difíciles, muy difíciles para esta etapa de vida, ten en cuenta lo siguiente: no lo habrías hecho si no hubieses sido lo suficientemente valiente y valioso como para llevarlo a cabo. Confía en que has elegido lo mejor que necesitabas y lo que más potencial te hará desarrollar si sigues con tu plan individual. No lo dudes y cuando lo hagas, confía en la vida, o en la persona que tengas más cercana, pues cuando estamos solos ante el vacío, son las personas que nos rodean las que nos sanarán con sus simples gestos. Sin que nadie haga aparentemente nada nos salvamos los unos a los otros de ese vacío que es vivir sin valor, o lo que es lo mismo, vivir sin VALENTÍA Y SIN VALEROSIDAD.
Dedicado a las 3R. Gracias a tres Mujeres Valientes que tienen la Felicidad en sus manos y que me han ayudado a comprender esto.
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