EJERCICIO REFLEXIVO PARA CERRAR EL AÑO
En medio de todo este movimiento material y familiar que vivimos en estas épocas creo que conviene hacer hueco y espacio para darnos unos momentos de reflexión antes de que la caballería marche de nuevo y no podamos mirar atrás. Sé que se dice mucho que no hay que mirar atrás, pero es necesario hacerlo cuando no tenemos una consciencia real de nosotros mismos en nuestro día a día.
En este caso propongo hacer un repaso de este año transcurrido desde el corazón y con cabeza, ambas a la vez (a poder ser). El objetivo es el facilitarnos el trabajo en un futuro, es decir, esto que hagamos ahora, lo tendremos hecho para más adelante: para cuando vuelva lo no resuelto, para cuando me pille de imprevisto alguna sorpresa desagradable, para cuando haya esperado a un enfado para tomar consciencia de aquello que no escucho, etc. Además, la propuesta es que lo realicemos desde la polaridad femenina, es decir, desde dentro hacia fuera. Por tanto, todo el enfoque, lo vamos a poner en cómo nos hemos movido nosotros respecto a lo de fuera.
Por último, para realizarlo y que de verdad tenga un mínimo de espacio en tu rutina es imprescindible que eches mano de la humildad necesaria para poder ver tanto la valía real de las cosas que haces como aquello que necesita unas correcciones o transformaciones.
Instrucciones:
1.- Elige aquellas áreas de tu vida que sean más importantes para ti. Ejemplo: tu parcela individual, familia, pareja, trabajo, amigos, economía, vida social, aficiones, la relación con el cuerpo físico, creatividad, el trabajo interno, la vida afectiva, el estado emocional, etc.
2.- A partir de aquí puedes hacerlo de la forma que más encaje contigo: usa un mural o divide un papel en las secciones elegidas o escribe en un cuaderno personal, etc. Sea como sea que contestes a las preguntas en las que nos vamos a enfocar, hazlo a gusto contigo mismo, sin exigencias y sin expectativas. Entonces, una vez elegido el formato, pasamos al punto 3, el más contundente de tod@s.
3.- Se trata de que contestes a estas preguntas en cada una de las áreas elegidas. Si en principio te cuesta trabajo contestar alguna porque no lo sabes, puedes dibujar un ojo que te recuerde que ahí debes de observar qué es lo que haces en ese punto. Recuerda que al tratarse de una especie de recapitulación de este año vivido, debes de observar lo que has experimentado, hecho, decidido, arriesgado, etc., durante este 2016.
PREGUNTAS:
-¿Qué doy que tiene valor para mí mismo?
-¿Qué hago para que sean más fácil las relaciones con otros o la relación conmigo mismo en este área?
-¿Qué recibo con desagrado? ¿Y con gusto? (poniendo la atención en lo que me gusta o no me gusta sin cargar con lo que no me gusta al otro).
-¿Qué me gustaría que me reconocieran?
-¿Qué momentos me generan conflicto? ¿En qué momentos puedo ver con más claridad que yo soy la fuente de esos conflictos?
-¿De lo que está en mi mano cuál es mi objetivo en esta área?
-¿Qué decisión he tomado que me ha acercado a mí mismo? ¿Cuál me ha alejado?
Una vez contestadas las preguntas con sinceridad y humildad vas a ver en qué lugares tendrás que generarte más espacio y en cuáles habrás de quitártelo; siempre en función de lo que quieras para ti desde tu corazón. Bueno, si no sabes lo que quieres puedes darte tiempo, o venirte al taller de Empoderamiento que comparto en la Escuela de la Flor de Lis, donde te empoderarás, sí o sí.
REQUETEQUETE FELIZ REFLEXIÓN
Con mucho amor, Fani.
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