Amplificar lo humano para conseguir resultados visibles- Aliento 17- Te Regalo un Aliento©
Nuestra psique está conformada por una estructura emocional y mental que nos mantiene funcionando en nuestro devenir diario de una forma muy concreta. Esta estructura hace que nos relacionemos con los demás e incluso con nosotros, con unos patrones característicos y peculiares. Me gusta decir que los conflictos humanos vienen a ser comunes y generales en todos pero que, el cómo se conforman en cada uno es lo que es particular. Todos tenemos hecha la casa del mismo tipo de ladrillo aunque la arquitectura sea distinta. Este hecho, en lo conveniente al Amor Real que mencioné al principio, es diversidad, integración, transformación, descubrimientos, hábitos nuevos, nutrición de distintas formas, etc. Sin embargo desde la negatividad es una guerra constante por la forma en que se tratan las diferencias.
Estos rasgos que nos hacen distintos definen de raíz las relaciones entre mujeres y hombres. En la actualidad la figura de poder físico, político, social, etc.; sigue siendo la del hombre. Aunque la mujer está avanzando, la desigualdad sigue sosteniéndose con mucha fuerza y por unos derroteros complicados. La mujer del siglo XXI tiene que enfrentarse y convivir a diario con esta desigualdad e injusticia, que vivida y llevada como algo «normal e irremediable» nos mantiene en un sueño del que pocas —y pocos— se atreven o son capaces de despertar.
En mi caso he vivido esta disparidad en cualquier parte que he estado. Toda la estructura general está conformada por esta diferencia de poder entre la figura del hombre y la figura de la mujer. Pocos hombres son los que reconocen la igualdad que existe como seres humanos entre ellos y las mujeres, y creo que lo más agravante aún es que todavía es la propia mujer la que defiende y apoya esta desigualdad dentro sí, mediante unos mecanismos muy mezquinos de machismo.
He de decir que no solo la desigualdad de poder es lo que existe actualmente. A esto hay que añadir el nivel de competencia egoísta que también actúa como freno y como forma destructiva de actuación. Me refiero con competencia egoísta a todo ese mecanismo constituido por artificios montados para obtener la posición o el lugar que uno quiere, con el objetivo de defender la posición ya conseguida a costa de otro o a pesar de él. De dicho proceso resultan las relaciones tóxicas más fuertes que he observado, porque como quieran y estén dispuestos, son capaces de cebarse contigo hasta el final. Llegan a ser inagotables. Y así es, hasta que uno consigue encontrar la salida porque normalmente, ellos no son los que se paran ya que al final, terminas siendo tú la batería de la cual obtienen su combustible.
Esto es lo que llamo en este libro «Abuso existencial» y aquí estamos la mayoría de la humanidad aún. Cuando uno realmente se ha podido desvincular de ello, es cuando puede trascender el nivel de abuso que tenga. Para ello tenemos que echar mano de nuestra fragilidad. No para victimizarnos sino para obtener a través de esa vulnerabilidad el conocimiento y la sabiduría necesarios para avanzar. Una vez asimilamos el conocimiento obtenido, podemos no solo marcarnos la dirección adecuada, sino también no caer de nuevo en el mismo lugar. Esto último es lo que más nos interesa, ya que el abuso hay que dejarlo atrás desde la conciencia que nos da el haberlo vivido, no desde la ignorancia del mismo.
Receta 17
El conocimiento y la sabiduría que vamos obteniendo de las experiencias personales nos retrotraen continuamente a una fase propia que nos acerca a nosotros. Es decir, nos acercan a aquellas cualidades que ya tengo, que son como herramientas de mi propia caja y que puedo cosechar para beneficio propio.
El poner el conocimiento de manifiesto amplifica quien soy yo y como por arte de magia, introduce cambios en mi vida interna y externa. Cuanto más conocimiento propio aplique, más y mejores resultados obtendré. Enfatizo el hecho de que esto no depende de ninguna creencia, es una realidad y el practicarlo o no en uno mismo, responsabilidad propia.
Práctica: toma nota de algún aprendizaje de vida o conocimiento propio que tengas y aplícalo en ti, en tu vida cotidiana o donde se te ocurra en algún momento del día. Ejemplo: sé que cuando me doy aquello que necesito estoy más tranquila.
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