Caprichos- Aliento 12- Te Regalo un Aliento©
Hay muchos tipos de caprichos pero voy a nombrar los dos más comunes en el ser humano y que tienen que ver con la temática de este libro. Uno es ese capricho con el que te endulzas la vida, se te hace más fácil o familiar durante un tiempo e incluso, si estás muy espléndido, disfrutas de ello sin dramas, remordimientos o culpas. El otro capricho, es uno de los más peligrosos, esos que pueden llegar a joderte la vida, llevarte a perderte y en otras instancias, más recalcitrantes, jodes a los demás y también consigues que se pierdan. En esta última posición he visto de todo, pero lo más asiduo es el tinglao que se suelen montar estas personas para auto convencerse de que no se han equivocado, de que todo va bien, aunque llegar hasta el final suponga destrozarse uno o destrozar a otro. Esto me recuerda a ese cazador furtivo que busca el marfil del elefante y que a pesar de haber tenido la oportunidad de mirarlo a los ojos y reconocer algo de conciencia en ellos, sigue adelante con su proposición.
Los caprichos bondadosos nos pueden llevar por buenos derroteros en tanto y en cuanto no bajamos la guardia y no nos faltamos el respeto. Desde este punto no obviamos ni dejamos de lado nuestras necesidades. Sé que esto va en contra de cierta parte cultural, la cual nos enseña todo lo opuesto: sacrificarnos para suplir sus necesidades y no las nuestras. Sin embargo, creo que esto podría ser la piedra angular de la mayor parte de los abusos existenciales porque, ¿te reconoces habiéndote dedicado a los demás y a su vez que esos «demás» te hayan dejado a un lado o no te correspondan con el respeto en que tu decisión te posiciona? Voy más allá: ¿cuánto tiempo podemos estar con los ojos cerrados en esta situación?
Los malos caprichos atienden por su propia naturaleza a generar daño y a abusar sin que el resto se dé cuenta de ello, consiguiendo continuamente que sus necesidades estén satisfechas a través de otros, porque entre otras cosas, el sujeto que decide darse el capricho y lo hace, es incapaz de hacerlas por sí mismo. Esta incapacidad no le exime de la responsabilidad ni le hace un pobretico al que atender, al contrario, le otorga una posición de privilegio por la cual todas sus faltas le serán perdonadas. ¿Te suena este tipo de patrón en algún maltratador que hayas conocido o con el que hayas tenido contacto? El objetivo de estas personas es egoísta, egocéntrico y de carácter narcisista, porque pretenden seguir siendo como son a cosa de otros: otros que deberán espabilar en la versión suave o guardarse las espaldas de una agresión o violación en su fase más cruda.
Receta 12
Creo que todos somos caprichosos y también creo que no hay nada de malo en ello, salvo en lo ya comentado: depende de la naturaleza y el sentido de nuestro capricho vamos a llegar a unos u otros derroteros.
Práctica: si tienes el patrón de abuso como víctima es bastante probable que hayas reprimido tus deseos desde pequeño o desde que los abusos comenzaran. Por este motivo, esta vez regálate un aliento y acepta esos deseos, apetencias y querencias. Puedes usar tu fantasía para ello, elaborar una lista y con el tiempo, te invito a que los satisfagas sin que te tiemble el pulso en ello. De momento, para el día de hoy, elije un deseo que pueda ser factible de realizar y llévalo a cabo. Importante: aparta la culpa. Aprende de esas personas egoístas capaces de darse los caprichos que desean sin ningún tipo de complejo. De todo se puede aprender algo bueno.
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