El Camino- Aliento 3- Te Regalo un Aliento©
Aliento 3
El Camino.
A lo largo de mi vida me he encontrado con situaciones muy distintas en diferentes relaciones: compañeros de estudio, de trabajo, relaciones sentimentales, familiares… Con cada persona ha existido una pauta concreta a la hora de relacionarme, algo que podría explicar aludiendo al ponche. Es decir, las relaciones entre estas personas y yo, como si fueran un ponche en el que se mezclaban mi forma de ser, con mi deseo de descubrir a la otra persona y estrechar lazos, con un límite en mi restricción y en mi comportamiento —cuánto debo cohibirme o cuán cauta he de ser— para no despertar miedo en la otra persona. A todas estas fases, hay que añadirles claro está, las de la otra persona, que también forma su propio ponche. En este sentido, he sido lo más sincera y coherente que he podido, lo cual me ha garantizado a corto, medio y largo plazo, una conciencia tranquila, aunque por el camino me ha generado problemas, entre ellos, rechazo y en su mayor parte, soledad, mucha soledad.
De alguna forma he sabido conocer la diferencia entre yo y el otro, no solo por la diferencia física o sexual, sino por esa capacidad mía de dar al otro ciertas cosas sin que medie ningún tipo de relación especial de por medio. Tengo facilidad para reconocer cuándo alguien necesita ayuda y conozco la forma de dársela de forma natural, sencilla e invisible. Esta conducta desde la inocencia que guardaba en mi infancia, llegó a volvérseme en contra, porque por el camino creí ser la causante directa de los males o sufrimientos de ciertas personas. Estas personas fueron importantes para mí en algunos casos por el momento de vida en que me encontraba, en otros porque eran parte de lo que yo consideraba familia y en un caso muy especial, porque creí que cierta persona era el hombre de mi vida. Esa vida en común en la que tienes un hogar y una familia.
Todo salió mal. En algún momento me convertí en la amenaza de su seguridad, como si dependiera de mí el hecho de que ellos pudieran continuar su vida de forma tranquila y serena. Mucho he tenido que observar en el resto y mucho he tenido que escribir y conocer por mí misma para enterarme de lo que ocurría en realidad. Eso sí, he pagado un peaje irreversible, porque lo hecho, hecho quedó y los efectos de ello, los he tenido que llevar y gestionar tan buenamente como he sabido. Cuando una herida se hace desde dentro, la solución es muy dura y complicada. Reconozco que yo he tenido la fuerza, la constancia, la determinación y el valor para salir adelante, de la misma forma que, reconozco que hay personas que no la tienen. Carecer de algo no es motivo para quitarse de investigar, encontrar y desarrollar la forma de tenerlo, así que desde aquí te digo lector, que si no es ahora cuando puedes, será en otro momento, pero será… Estate tranquilo con esto.
Receta 3
En muchas ocasiones no llegamos a las situaciones como por casualidad, sino que hay toda una suerte de entramado anterior que permite que ocurra. Se puede ver como una especie de telaraña invisible tejida colectivamente en la cual cada uno se ha encargado de poner un tramo de hilo o hilos. El periodo de tiempo que se tarda en tejer un hilo puede ser breve (horas, días y/o meses), medio (varios años) o más extenso (toda una vida o varias). Sin este entretejido, hay cosas que no pueden. Esto se observa muy bien en casos de personas que han sufrido acoso escolar, maltrato psicológico, violencia… En estos casos, lo tejido en el tiempo genera unos efectos en la persona que luego, le llevará tomar unos caminos u otros, en función de su forma de ser y de su forma de resistir. A esto añado la sorpresa de muchos observadores ante la falta de fuerza psicológica de ciertas personas, donde por tener tendencias suicidas o trastornos mentales, se les hace complicado entender o comprender cómo una persona ha podido dejarse llevar hasta ciertos puntos: por qué no lo paró antes, por qué no denunció, por qué no lo abandonó, por qué no se lo dijo a nadie… Se nos pasa lo más importante: preguntarnos cuál es la historia de esa persona, cómo ha llegado hasta ahí y qué parte de responsabilidad es de los demás. ¿Cuántas veces se rieron de ella? ¿En qué ocasiones se han comportado de forma injusta? ¿Quién la abandonó cuando realmente necesitaba a ese alguien a su lado? Etc.
Práctica: toma perspectiva de cuántas veces se han excedido contigo de forma injusta o han sobrepasado los límites del respeto que te corresponde bajo cualquier justificación. Principalmente, en lo que a las personas más allegadas concierne: pareja, hijos, padres, amistades… ¿Cómo te sientes?
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