LA “Y” EN EL CAMINO

Creo que muchos de nosotros nos hemos encontrado alguna vez parados ante un doble camino que se abre ante nuestros pies. A nuestra derecha una opción y a nuestra izquierda la otra. Normalmente, uno de esos caminos es conocido y frecuentado por nosotros o algún allegado nuestro, ya sea un amigo o un familiar. El otro camino, es distinto y totalmente nuevo. Nuevo, porque nunca lo has vivido, porque no sabes qué será de ti si te adentras en él. Distinto, porque no se parece en nada algo que hayas hecho antes. Es en este punto, donde muchos nos quedamos parados y tomamos el camino conocido y familiar, el que otros antes que nosotros han transitado antes.

Antes de decidir, me gusta recurrir a una lista en la que enumero los pros y los contras de cada elección. De esta forma, tomamos contacto con nuestros miedos, nuestras propias resistencias, podemos observar qué salta dentro de nosotros (tal vez lo que podrán pensar de mí, los riesgos que asumo, etc.) y así, ayudarnos a clarificar cuál es la opción más acertada para nuestro momento presente. Puede ser que lo nuevo me emocione pero que sienta que no esté preparado. Puede que lo conocido me aburra supinamente y que realmente esté dispuesto a tomar el camino nuevo. Aunque considero mucho más importante, ocuparse de saber lo que uno quiere realmente para sí mismo y para su vida. Esto, nos ahorra muchos quebraderos de cabeza y bastantes decisiones de las que nos podemos arrepentir.
Creo que nadie está a salvo del error y que a su vez nunca nos equivocamos, creo que cada decisión ha sido la correcta porque el momento presente siempre merece la pena, sobre todo si he decidido acceder a la sabiduría que trae un acto o decisión equivocada. Eso sí, creo que cuando uno se encuentra en un cruce de caminos, ha de pararse el tiempo que necesite y a su vez, cuando lo decida, AVANZAR SIN MIRAR ATRÁS.
En un futuro, tal vez sintamos que nos equivocamos o que no era la mejor opción. Sin embargo, eso es solo una forma de huir del presente que hemos creado y de la responsabilidad que conlleva el tomar las riendas de nuestra vida. Una decisión equivocada, debe ser atendida y soltada, hemos de tomar la información que nos trae y dejarla marchar, para que la culpa y la negatividad no se instale en nuestro sistema vital.

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