Manual básico para superación y sanación del abuso existencial
AMOR REAL
Es el Amor hacia uno mismo o hacia el otro que es factible, posible y realizable en el mundo de los sentidos físicos. No contiene supuestos, imposibles o fantasías. El Amor Real está formado por actos, sentimientos, pensamientos, decisiones, poder, sintonías, sensibilidades… que están en: fuerza, límite, transformación, conocimiento, firmeza, claridad, constancia, alegría, reconocimiento, transparencia, honestidad, claridad, distancia, cercanía, arropamiento, espacio, acogimiento además de aceptación, respeto, confianza, libertad, responsabilidad, valoración, afecto y cariño…
Dedicado a Alma, Emma y a mí, Estefanía. Porque las tres llevamos una guerrera en nuestro interior que ama la vida y la existencia humana. Que la fuerza siempre esté con nosotras.
INTRODUCCIÓN
Querido lector, permíteme dirigirme a ti en un tono cercano. Voy a tratar algo importante y quiero hacerlo de la forma en que yo soy y no cómo se supone que tendría que hacerlo. Esa forma a la que me refiero guarda relación directa con el método que he extraído del hecho de superar por mí misma todo lo relativo al «abuso». Abuso que he recibido desde pequeña de una forma u otra y al que pude sobrevivir un tiempo limitado. Por suerte, algo en mí dejó de tolerarlo. Poco después tuve una experiencia que despertó en mí toda la sensibilidad que tengo y a partir de ahí, jamás volví a ser la misma. Llegó un momento en que por más que lo intentara no podía volver a ser la que antes. Así que lo acepté y continué.
Han sido unos años sumamente duros para mí, por eso te pido que no solo por la naturaleza del tema tratado sino también por lo que aquí cuento, tengas delicadeza y sueltes su lectura si hay algo que te impida tomártelo en serio. Mi situación ha sido similar a las de esas jóvenes que hace unas décadas se quedaban embarazadas, el novio de desentendía y los padres la echaban de casa por la vergüenza y el escándalo que eso suponía. No es que esa haya sido mi circunstancia real, sino que he tenido situaciones parecidas. Durante todo el tiempo que he dedicado a recuperarme, a estar bien, sana y feliz por un lado, por otro lo he dedicado a encontrar las respuestas que necesitaba. Esto a su vez me ha llevado a entender la naturaleza integral del ser humano.
Esto significa que he descubierto todo lo maravilloso que puede ser esta raza en sí, como todo lo inmundo: todo lo mejor y todo lo peor. Es como descubrir que el propio ser humano es el que mejor representa el mito de Saturno: él mismo lo es, él mismo es el hijo y a sí mismo se devora. Todo lo que he ido descubriendo e identificando he ido poniéndole palabras según avanzaba. Me gusta decir que lo que yo hago es escribir paisajes de la existencia humana. Ello también me ha servido para confirmar cosas que he sabido e intuido pero para las que no tenía herramientas de expresión.
Para que tú te puedas acercar al conocimiento que aquí escribo he necesitado escribir más de cuatro mil páginas, hay más de doce mil doscientas horas de auto conocimiento, más de dos mil setecientas experiencias multidimensionales: oníricas, salidas lúcidas, muertes psíquicas, encuentros con fallecidos, viajes a otros puntos del planeta, a otros planetas, a la luna, al sol, a las estrellas, etc. También hay más de trescientas horas de radio como locutora y más de cien vídeos en YouTube y otras plataformas. Finalmente, también hay más de tres mil horas de estudio de guitarra clásica, el doble de tiempo con materias que guardan relación directa con la música, su historia y su composición y, más de dos mil horas de enseñanza. Todos estos números aproximados son para decirte, que la dedicación, el esfuerzo y la constancia que he invertido en mis ganas de salir de los atolladeros en los que he estado acaban, confluyen en este pequeño manual para sanar el abuso que el ser humano arrastra y sostiene sobre sí, para sí y en su día a día, con total naturalidad. Un abuso que lo mantiene la mediocridad donde todo está por hacer y todo se perpetúa a través de nuestras repeticiones de forma constante.
Sigue habiendo mujeres violadas, niñas y niños víctimas de abusos, personas asesinadas, precariedad y pobreza, una cota de desamparo de auténtico terror, abusos de poder, sometimientos y esclavitud, etc. No somos conscientes de lo maravillosa que es la Vida si nos posicionamos correctamente. Nos hemos creído el cuento de que «dios» está en alguna parte, como si nuestra capacidad para cambiar la realidad que nos rodea o a nosotros mismos dependiera de algo ajeno a nosotros, pasándosenos mirar dentro para encontrar ahí lo que corresponde con lo de fuera y que explica el mundo que existe de forma literal y real tal cual es en este momento. No caemos en la cuenta, de que a pesar de todas las barreras y justificaciones, nuestra vida está en nuestras manos, en nuestros pies, en nuestro corazón y en nuestra cabeza.
Soy consciente de lo que supone quedarse solo, que nadie te entienda, que te rechacen por ser quien eres, que te abandonen, que desconfíen de ti aunque no hagas nada malo, de tener miedo a ser acosado, de que te repudien, de estar enferma y no saber por cuánto tiempo, de perder a alguien querido, de que alguien amado te traicione, de tener que callarte para protegerte, de que te juzguen, de que te envidien, de que te pisoteen para conseguir lo que quieren, de vivir en la pobreza… Pero aquí estoy y no podría estarlo sino fuera porque también sé lo que es que te quieran, que te amen, que te ayuden, tener la capacidad para divertirte, que personas que respetas compartan su tiempo, su sonrisa y su amistad contigo; que te apoyen, que te escuchen, que te entiendan, que te acojan, que te abrecen, que estén cuando no te soportas, que confíen en ti, que te hagan un hueco en su vida, etc. Es por todo esto que merece la pena vivir, merece la pena amarse y la razón fundamental por la que escribo este libro: todos merecemos Amor, todos merecemos ser amados aunque sea, por nosotros mismos. Es un esfuerzo que hay que hacer para estar realmente bien con uno mismo y en caso de que alguien también quiera amarnos, estar capacitados para valorarlo. He descubierto que muchas personas amamos más de lo que nos parece, pero que al no ser conscientes de ello, ni lo valoramos en nosotros, ni lo valoramos en los demás.
«TE REGALO UN ALIENTO» para que todas las semillas que han encontrado hueco en tu corazón, crezcan y llenen tu Vida de Felicidad de aquí en adelante.
CÓMO USAR ESTE MANUAL
En primer lugar, para que el contenido de este manual pueda hacer algún efecto en ti es imprescindible apliques la forma de lectura que mejor te convenga: solo de cabeza, con el corazón, con la concentración, con la imaginación, etc. Sí es cierto que cuanto más te entregues a la lectura, mayor efecto te hará lo que en ella leas. No porque ello genere en ti un impacto concreto —aunque puede ocurrir— sino porque a mayor entrega, más opción se crea de que lo similar que pueda existir en tu interior emerja. Si tu caso es el de una persona con una estructura mental muy férrea y/o con poca tendencia a abrirse a otro tipo de posibilidades mentales, entonces recurre a imaginar o recordar cosas similares a lo que lees. Es decir, juega con ello evocándolo. Si eres de los que viven a corazón abierto o sientes mucho a las personas o a las circunstancias entonces este puede ser tu punto fuerte para apoyarte en la lectura.
Además, aunque pueda resultar irónico decirlo, es conveniente no abusar de este libro, es decir, respetar los tiempos así como las recetas propuestas. A lo largo de este recorrido vas a encontrar 22 Alientos distintos, cada uno con sus particularidades. Cada Aliento está dedicado a un aspecto, problemática, situación o circunstancia vital del ser humano y se desarrolla en dos fases. Una fase es el tema del que trata el Aliento y la otra, la receta, la cual abre con un párrafo aclarativo y cierra con una práctica, que es una propuesta de trabajo personal a realizar de forma específica con cada Aliento tratado. La idea general es que tomes estos veintidós Alientos como si de rayitos de sol de tratasen para ayudarte a salir de la dinámica del abuso existencial y todo lo que él implica. El intervalo mínimo que debe de haber entre aliento y aliento es de veinticuatro horas, es decir, no más de uno al día.
A QUIÉN VA DIRIGIDO ESTE LIBRO
Este manual puede ayudar a cualquiera que haya sido abusado en algún momento de su vida o que sienta que abusan de sí a momento presente. Dentro de esta amplia gama que es el abuso también encontramos a víctimas de malos tratos, independientemente de su sexo, raza, religión o condición socioeconómica cultural; abusos sexuales, emocionales y/o físicos y discriminación, rechazo o abandono en cualquiera de sus fases.
También es recomendable para persona que, a pesar de haber sido víctimas en su vida de alguna injusticia, barbarie o temeridad y de haber sufrido un fuerte daño emocional por ello, deseen responsabilizarse de ese daño vivido desde su libertad de pensamiento y desde el buen trato que merecen, sanarlo.
A esta obra no le importa que seas mujer, hombre, padre, madre, hijo, hermana, jefe, político, suegro, médico, músico, empresario, niñera, limpiador, vidente, secretario, constructor, fontanero, cajero, camarera, cantante o futbolista… Tampoco importa tu edad. Lo realmente sustancial es que seas quien seas y que dediques tu tiempo a aquello a lo que se lo dediques, seas las versión más brillante y buena que puedas ser como humano y que el hombre o a mujer que eres, se beneficie de ello. Esta es la única forma que conozco de abandonar el abuso y salir de él en términos definitivos como ser humano que existe y vive su vida en la Tierra.
Para aclarar posibles mal entendidos
Este libro está basado en el Amor Real en la existencia humana. Cuando hablo de Amor Real me refiero a aquella capacidad que obtenemos como resultados aplicar lo que sabemos o somos de forma positiva hacia nosotros mismos. Es decir, el Amor puede ser fuerza, límite, transformación, conocimiento, firmeza, claridad, constancia, alegría, reconocimiento, transparencia, honestidad, claridad, distancia, cercanía, arropamiento, espacio, acogimiento, además de aceptación, respeto, confianza, libertad, responsabilidad, compromiso, verdad, coherencia, valoración, afecto y cariño.
Considero que parte del error de casi todas las culturas estriba en la confusión generada en lo que se refiere el amor que hay en las relaciones humanas (familia, amigos, pareja, amantes y demás formas relacionales) y otros aspectos como la muerte, la enfermedad y lo divino —dios. Lo que existe es una amalgama donde aclararse es bastante complicado y al final, nos termina resultando inverosímil, porque aquello que nos han hecho creer no concuerda con la experiencia que tenemos del mismo ni las palabras que le ponemos.
Evidentemente es todo un gran mal entendido y sé que estoy en lo cierto cuando afirmo que no hay Amor posible si uno mismo no está en esa sintonía, disposición o consideración hacia sí. Jamás podré amar si no soy yo el primero en ser amado por mí mismo, lo disfrace como lo disfrace. Es esto mismo lo que añade la valía necesaria a la existencia humana la cual permite sanar el abuso de toda nuestra estructura, de todo lo que nosotros somos y del recuerdo de nuestro pasado, independientemente de lo buenos y malos que hayamos podido ser anteriormente. Es el valor hacia uno mismo y desde uno mismo lo que nos mantiene en una vida sana.
Consejos
No es necesario pero sí recomendable que dispongas de un diario o cuaderno en el que ir escribiendo y anotando tus reflexiones, divagaciones, los cambios que vayas experimentando, aquellas cosas que vayas percibiendo, etc.; a lo largo del tiempo que ocupe la lectura.
A este texto le puedes dar la de vueltas que estimes oportuno, como si fuera un alimento que te viene bien comer repetidamente. Puedes pararte en los Alientos, el tiempo que necesites y repetir aquellos que quieras el número de veces que decidas. Sí que considero conveniente hacerlos todos al menos una vez y no más de uno diario.
ALIENTO 1
Desde dónde partimos
Escribo este manual en la ciudad que fue un referente en mi adolescencia y que ya en la juventud, se convirtió en una cárcel de vida. Cárcel, porque a pesar de tenerlo todo cerca y accesible, me quitaba todo lo que para mí era importante: mi libertad y mi esperanza de vida en la que vivir independiente de los demás. Con todo y con eso, en esta ciudad también perdí mi dignidad llegando a vivir lo que sé que han sido los peores años de mi vida. He podido confirmar este tiempo, que no somos conscientes del daño que podemos hacerlos los unos a los otros por no sé qué justificaciones —que no corresponden en la mayoría de los casos con las personas que tenemos delante— que enmascaran en realidad un interés personal implacable.
Crecí junto a la persona que hasta ahora ha sido la más importante de mi vida: mi abuela. No solo nos entregó su tiempo cuando más la necesitábamos sino que nunca me dejó caer en todo el intervalo de vida que compartimos juntas. Después de su enfermedad, todo cambió. Empecé a tomar una perspectiva de las personas cercanas distinta, como si de repente pudiera sentir cosas que estaban ahí antes pero que gracias a la presencia de mi abuela, pasaban desapercibidas. Hoy día sé que la relación que tenía con ella, no la volveré a tener con nadie. Mi abuela me daba muchas cosas de valor que para según quién, hasta incluso pueden pasar desapercibidas e incluso, llegar a molestar en algunos casos. Entre ellas me daba un espacio adecuado en el que poder ser yo, sentirme segura y salvo de los insultos y rechazos que no entendía por parte de los compañeros de clase. De pequeña, el tamaño de mi barriga y alguna que otra cosa que ahora alcanzo ver, parecían ser motivos suficientes para pasar la mayor parte del tiempo sola. Había días que lo sobrellevaba mejor, pero otros… Menos mal que estaba Araceli de forma permanente y constante, riéndose de mi mal genio o de mi cara de enfadada. Ella me daba la normalidad de la que luego he carecido todo los años que han continuado a su ausencia. Durante mucho tiempo incluso consideré que para mí, mi abuela había muerto el día que enfermó, porque al manifestar su demencia senil y volverse como una niña pequeña, dejó de estar tal y como yo la había conocido. El cambio fue tan rápido y repentino que no supe digerirlo y comenzó mi bulimia.
Receta 1
Todos necesitamos algún tipo de apoyo para salir adelante y sobrellevar las distintas épocas de nuestra vida, aunque éstas sean o hayan podido ser duras. Ese apoyo puede ser una persona que ha estado ahí, una circunstancia —por ejemplo, una época de seguridad económica—, un sueño que queremos conseguir o incluso, un objeto apreciado por nosotros tal como un libro o una bufanda.
Práctica: hoy dedícate a recordar con ternura y cariño a ser posible, algún momento de tu pasado en el que hayas tenido algún tipo de apoyo de los especificados anteriormente. Si puede ser, hazlo también respecto a tu presente actual: ¿dónde tienes el apoyo en este momento?
Aliento 2
Hacia dónde nos dirigimos
La mayoría de nosotros en esta sociedad construimos día a día. Hacemos todo lo que podemos hacer por continuar con las pautas establecidas: esas que se supone que son las correctas y que tenemos realizar si queremos llegar a eso que se considera éxito. El éxito que nos venden de forma generalizada consiste en un paquete muy concreto que presupone y asegura la correcta supervivencia de una nación fuerte y unida. Una nación conformada por millones de familias que hacen el esfuerzo de salir adelante aunque lo que la sinceridad de algunos de sus miembros guarda, son unas ganas tremendas de mandarlo todo a la mierda. Principalmente, mandar a la mierda a eso que religiosamente llamamos «familia».
Por un lado, reconozco que gracias a esta estructura en la que parece que nos hemos puesto de acuerdo distintas generaciones unas tras otras, la familia permite que algunos seres humanos —mal llamados seres humanos— más cercanos a nuestros antepasados prehistóricos que al homo sapiens, tengan la opción de desarrollar la responsabilidad y el compromiso con otro semejante. Responsabilidad y compromiso que millones de mujeres —sobre todo ellas— han adquirido y asumido por el simple hecho de ser madres, abuelas, tías, hijas, sobrinas… A veces incluso, coqueteo con el hecho de pensar qué sería de nuestro apreciado país o nación si no hubiera tanta mujer depositando su confianza, tiempo y apoyo generosamente a todos estos hombres que son, sus padres, maridos, hijos, hermanos… y que por ocupar un lugar en su vida, parecen estar exentos de todo lo demás. Sobre todo, parecen estar libres de la ignorancia que justifica la injusticia y desigualdad al respecto de las circunstancias generales que mantienen a la generosa mujer, entregando una vida que le corresponde a sí misma, y no a un país, nación, estructura ni causa si ella no quiere o no elige. Estoy hablando de esa ignorancia masculina —que también existe en muchas otras mujeres— que da preferencia a la figura del hombre o a la de la mujer para según qué tareas o funciones.
He tenido la gran suerte de haber crecido entre mujeres que, no libres del momento machista que he descrito anteriormente propio de este tiempo, han colaborado tan buenamente como han podido, aportando cada una lo que tenía, en función de sus posibilidades. Es decir, cada una ha arrimado el hombro sin que por aportar mayor cantidad de algo o resultar más trabajosa la tarea, se le haya dado por ello una posición de privilegio o poder, cosa que sí ocurre en la mayoría de los hogares con la figura paterna o masculina. Es como si el hombre supiera más o se desenvolviera mejor por ser hombre, cuando si ocurre esto, simplemente es porque el que se dedica a algo concreto o tiene esa posición, termina aprendiendo y desarrollando las habilidades y conocimientos necesarios para llevar a cabo dicha labor. Dedicar tiempo a algo habiendo puesto la inteligencia propia en marcha siempre nos lleva a algún lado, independientemente de si la labor consiste en cuidar a un niño, dirigir un negicio o desarrollar alguna actividad.
Receta 2
Hemos avanzado pero todavía nos queda un largo camino por recorrer. Por eso creo que por la situación global de la humanidad, lo más probable es que hayas vivido con normalidad esta situación de preferencia y poder que tiene la figura masculina, independientemente de que seas hombre o mujer. Esto afecta al cómputo y dominio global de nuestra existencia, por ejemplo, con qué tipo de pensamiento y estructura de apoyo voy a habitar mi casa o vivir en mi soledad.
Práctica: dedica unos instantes a reflexionar sobre ello y a ser posible, intenta darte cuenta de si esto te ha generado conflicto en algún momento. Es importante que esta perspectiva la tomes sobre ti mismo y no sobre un acontecimiento o hecho social que conozcas. Es decir, sobre algo de tu historia de vida.
ALIENTO 3
El Camino
Aliento 3
El Camino.
A lo largo de mi vida me he encontrado con situaciones muy distintas en diferentes relaciones: compañeros de estudio, de trabajo, relaciones sentimentales, familiares… Con cada persona ha existido una pauta concreta a la hora de relacionarme, algo que podría explicar aludiendo al ponche. Es decir, las relaciones entre estas personas y yo, como si fueran un ponche en el que se mezclaban mi forma de ser, con mi deseo de descubrir a la otra persona y estrechar lazos, con un límite en mi restricción y en mi comportamiento —cuánto debo cohibirme o cuán cauta he de ser— para no despertar miedo en la otra persona. A todas estas fases, hay que añadirles claro está, las de la otra persona, que también forma su propio ponche. En este sentido, he sido lo más sincera y coherente que he podido, lo cual me ha garantizado a corto, medio y largo plazo, una conciencia tranquila, aunque por el camino me ha generado problemas, entre ellos, rechazo y en su mayor parte, soledad, mucha soledad.
De alguna forma he sabido conocer la diferencia entre yo y el otro, no solo por la diferencia física o sexual, sino por esa capacidad mía de dar al otro ciertas cosas sin que medie ningún tipo de relación especial de por medio. Tengo facilidad para reconocer cuándo alguien necesita ayuda y conozco la forma de dársela de forma natural, sencilla e invisible. Esta conducta desde la inocencia que guardaba en mi infancia, llegó a volvérseme en contra, porque por el camino creí ser la causante directa de los males o sufrimientos de ciertas personas. Estas personas fueron importantes para mí en algunos casos por el momento de vida en que me encontraba, en otros porque eran parte de lo que yo consideraba familia y en un caso muy especial, porque creí que cierta persona era el hombre de mi vida. Esa vida en común en la que tienes un hogar y una familia.
Todo salió mal. En algún momento me convertí en la amenaza de su seguridad, como si dependiera de mí el hecho de que ellos pudieran continuar su vida de forma tranquila y serena. Mucho he tenido que observar en el resto y mucho he tenido que escribir y conocer por mí misma para enterarme de lo que ocurría en realidad. Eso sí, he pagado un peaje irreversible, porque lo hecho, hecho quedó y los efectos de ello, los he tenido que llevar y gestionar tan buenamente como he sabido. Cuando una herida se hace desde dentro, la solución es muy dura y complicada. Reconozco que yo he tenido la fuerza, la constancia, la determinación y el valor para salir adelante, de la misma forma que, reconozco que hay personas que no la tienen. Carecer de algo no es motivo para quitarse de investigar, encontrar y desarrollar la forma de tenerlo, así que desde aquí te digo lector, que si no es ahora cuando puedes, será en otro momento, pero será… Estate tranquilo con esto.
Receta 3
En muchas ocasiones no llegamos a las situaciones como por casualidad, sino que hay toda una suerte de entramado anterior que permite que ocurra. Se puede ver como una especie de telaraña invisible tejida colectivamente en la cual cada uno se ha encargado de poner un tramo de hilo o hilos. El periodo de tiempo que se tarda en tejer un hilo puede ser breve (horas, días y/o meses), medio (varios años) o más extenso (toda una vida o varias). Sin este entretejido, hay cosas que no pueden. Esto se observa muy bien en casos de personas que han sufrido acoso escolar, maltrato psicológico, violencia… En estos casos, lo tejido en el tiempo genera unos efectos en la persona que luego, le llevará tomar unos caminos u otros, en función de su forma de ser y de su forma de resistir. A esto añado la sorpresa de muchos observadores ante la falta de fuerza psicológica de ciertas personas, donde por tener tendencias suicidas o trastornos mentales, se les hace complicado entender o comprender cómo una persona ha podido dejarse llevar hasta ciertos puntos: por qué no lo paró antes, por qué no denunció, por qué no lo abandonó, por qué no se lo dijo a nadie… Se nos pasa lo más importante: preguntarnos cuál es la historia de esa persona, cómo ha llegado hasta ahí y qué parte de responsabilidad es de los demás. ¿Cuántas veces se rieron de ella? ¿En qué ocasiones se han comportado de forma injusta? ¿Quién la abandonó cuando realmente necesitaba a ese alguien a su lado? Etc.
Práctica: toma perspectiva de cuántas veces se han excedido contigo de forma injusta o han sobrepasado los límites del respeto que te corresponde bajo cualquier justificación. Principalmente, en lo que a las personas más allegadas concierne: pareja, hijos, padres, amistades… ¿Cómo te sientes?
Aliento 4
Sintiendo la Vida
Aliento 4
Sintiendo la Vida
A pesar de la situación familiar y de la tristeza que mitigaba con la música, he podido tener momentos de reír a carcajada limpia, llegando a haber una época en la que se dio con mayor frecuencia en intensidad. Con el tiempo y a la vez de repente, la circunstancia cambió y el humor pasó a estar menos accesible para mí. En parte empecé a ver cosas en mi entorno social que si bien eran «lo normal», a mí no me gustaban y como consecuencia de ello, pasé a moverme y posicionarme desde otro lugar.
Crecí y empecé a tomar las decisiones correspondientes a mi futuro, según las épocas iban sucediendo. Me dispuse a formarme en guitarra clásica, tenía mi trabajo para sobrevivir durante el tramo de estudio y también pareja. Todo iba o funcionaba dentro de los parámetros establecidos, esos que se consideran «normales» o accesibles para casi cualquiera. Todos mis compromisos los llevaba a cabo cumpliendo con mi responsabilidad y aun así, yo no estaba bien. Tenía la constante sensación de que había una parte de mí que no estaba, sumado al sentimiento de que no podía decidir ni actuar a pesar de que en conjunto estaba actuando y decidiendo. No es que me faltara algo de la vida ni que me pareciera estar incompleta, al contrario. Es que mi completitud no encontraba dónde caer ni dónde expresarse. Al no estar teniendo cabida íntegramente en mi devenir diario, tampoco tenía voz ni voto durante el proceso.
En esa época, mi abuela ya había enfermado. Yo ya me había ido a vivir a Sevilla para estudiar y ya había empezado a controlar el proceso bulímico nervioso con el pensamiento, a pesar de todos los trastornos de nerviosismo y ansiedad que tenía y que sucedían, esporádicamente sin venir a cuento. Mi vida era una mierda y así lo sentía. Las cosas no estaban donde correspondían y así lo sentía. Lo que supuestamente a otros les daba la felicidad, a mí me estaba jodiendo viva. Encima, empecé a vivir cosas que se escapaban de los sucesos lógicos y racionales: fases de mí misma que no tenían explicación según lo que creía haber conocido hasta ese momento. Lo único que se me ocurrió hacer con aquellas experiencias fue pasarlas como pude, dejándolas a un lado pero aceptando todas las decisiones que había tomado para subsanar todo lo que estaba en el lugar que no correspondía, inclusive yo misma.
Receta 4
El entorno actual no ofrece una explicación coherente y total de lo que somos como seres humanos. Como tales tenemos distintas fases de existencia que pueden estar siendo presionadas o lo más frecuente, estar adormecidas. Por la falta de espacio que tienen en el discurrir vital, la insuficiencia de conceptos reales y lo principal, por un miedo tremendo a salir de esa normalidad y confort que la sociedad y la vida en el dolor ofrece, distinguirse a uno mismo se ha convertido en todo un reto personal. Sin embargo, sin estas partes propias no podemos diferenciarnos del resto. Estas piezas están relacionadas con la sensibilidad que nos es propia, con nuestra intuición y sobre todo, con nuestra forma de sentir la vida, la cual nos pertenece y nos es propia. Ese sentimiento que nace de las entrañas y que sube hacia el corazón, volviendo a nacer en él, tenga mayor o menor presencia en nuestra vida, siempre está. Está porque somos nosotros y aunque lo hayamos podido desactivar, apartar o adormecer por pura supervivencia, no dejamos de serlo, pudiendo llegar a pagar un coste muy alto por la supresión del mismo.
Práctica: siéntete a ti en tu vida en este momento, ¿cómo dirías que estás?
Aliento 5
Puntapiés en el Corazón
Aliento 5
Puntapiés en el Corazón.
Sé de buena tinta que aunque muchos de nosotros estamos habituados a la superficialidad o a lo relativo al mundo externo de la vida —los sentidos físicos— y las relaciones, tenemos y guardamos, un mundo interior que nos define y nos hace causa. Normalmente no solemos compartir este mundo interior. Conviene no confundir el compartir este mundo interior con compartir sentimientos, que aunque puede parecer que se mezclan, cada cosa va por un sitio. Esto ocurre principalmente por dos motivos: a pesar de ser este mundo interior lo que estructura todo nuestro mundo externo no somos conscientes de él, por un lado; por otro, uno de los elementos que le dan soporte a este mundo interno como si de muebles de una estancia se tratase, son las emociones y los sentimientos. Existe también, otro soporte muy importante y que suele pasar desapercibido para muchos porque es, forma parte indisociable de uno mismo, el corazón.
El corazón es nuestro trono, ese sillón que nos es propio y que nos mantiene con vida, no solo física por actuar de motor, sino también trascendente. El corazón nos da el asiento necesario para ser nosotros mismos. Sin este soporte no podemos ser capaces de producir momentos en el mundo interior que nos permitan alimentarnos de lo que es accesible para nosotros a través de esta vía. Es como decir, que el corazón puede ser fuente de nuestra propia nutrición y potencial, que puede formar parte de la nutrición ajena si lo aplicamos con coherencia y de forma sana. También puedo añadir, que el corazón es el que genera el movimiento necesario para continuar siendo uno mismo, a pesar de lo demás. Este hecho o consecuencia es lo que muchos han llamado brillo o la chispa del alma. Es muy sencillo en realidad: eres tú siendo tú a momento presente.
Ahora bien, ¿qué ocurre cuando alguien más fuerte que tú te hace daño, se aprovecha o abusa de ti? ¿Qué pasa cuando eso que tú eres no tiene espacio o parece generar miedo a tu alrededor? ¿Cómo nos quedamos después de una situación prolongada de maltrato, sometimiento o abuso? A pesar de que nos hayamos podido quedar por ejemplo, en una depresión, a pesar de que hayamos tomado la mano a uno de nuestros miedos para protegernos, a pesar de que hayamos descubierto el suicidio o el odio como una forma de salir de ello, más un largo etc.; hay algo que ocurre en nosotros: el corazón no ha dejado de existir ni de latir. Es más, es en estos momentos cuando parece querer sobrevivir más que nunca a lo que está experimentando. Nuestro corazón lucha, hace acopio de constancia y sigue adelante. Incluso pueden aparecer las personas idóneas para ayudarnos, no porque vayan a salvarnos, sino porque la presencia de esas personas en estos momentos, se puedan prolongar más o menos en el tiempo, nos permitirán tomar el impulso para lo que sabemos que es necesario hacer con nosotros mismos.
Receta 5
Puede que en algún momento hayas vivido un puntapié en el corazón o varios de ellos. Estos puntapiés tienen la característica de ser violentos porque son realizados de esa forma. No es necesario que haya existido una violencia física durante el trayecto, puede haber sido suficiente con unas palabras, con cierto tipo de afirmaciones o aprobaciones hacia tu persona; las cuales te ponen en un entredicho muy dañino porque cuestionan: quién eres desde esa parte de ti que son definitorias. En resumen: tu corazón no es ni un balón de fútbol ni un balón de playa.
Práctica: intenta recordar tus puntapiés en el corazón y define en qué tipo de situaciones han ocurrido. Atiende además a la situación que estaba dándose y de quién provenía: ¿estabas expresándote? ¿Manifestabas un deseo? ¿Estabas escuchando? ¿Habías tomado alguna decisión?, Etc.
Aliento 6
Te quiero tanto que te asfixio
Aliento 6
Te quiero tanto que te asfixio
Uno de los motivos por los cuales me encuentro escribiendo este manual es porque sé que existen situaciones en nuestra vida que bien podrían estar sacados de un libro de Stephen King. Son acontecimientos, circunstancias o estados que han desembocado en una auténtica pesadilla. No una de esa que tienes cuando te vas a dormir, sino en una de esas que se repite una y otra vez un día, un anoche, al día y a la noche siguientes… Así durante un tiempo que pasa a ser eterno. Nos quedamos encerrados en un laberinto del que difícilmente podemos salir, no porque no seamos capaces, sino más bien, porque para salir de las pesadillas hemos de reconocerlas e identificarlas. Dicho de otro modo, hemos de saber dónde estamos y qué situación es la que se amplifica de fondo. El problema es el siguiente: cómo vamos a reconocer dónde estamos si la principal herramienta que es nuestro pensamiento está saturado de esa distorsión que ha generado y alimentado la reproducción de la propia pesadilla.
Así que como buenamente podemos, acudimos a alguien que nos ayude o a esos sitios especializados que con sus herramientas hacen también lo que buenamente puede y saben. Si acaso…
Pero yo pregunto, ¿cómo te recuperas cuando la persona o las personas en las que has confiado son las que te han llevado a esa situación? ¿Cómo reconoces que has dejado que abusen de ti sin resistencia alguna? ¿Cómo aprendes a poner límites? ¿Cómo puede uno sanar definitivamente las huellas, traumas o heridas que han generado en ti ese abuso, para poder así continuar con tu vida y disfrutar de ella con plenitud? ¿Cómo puedes volver a relacionarte con el/los responsables del maltrato sin que medie el rencor, la ira, el odio, la rabia, la tristeza, la aflicción, el miedo o alguna otra emoción de esta clase de por medio?
Receta 6
Es positivo expresar todo lo que podamos al respecto de las vivencias que nos han hecho sufrir. Estoy hablando de verbalizar o sacar toda la presión que se ha generado a nivel inconsciente durante este tipo de experiencias en forma de palabras, llantos o manualidades. Más adelante, trabajaremos con las motivaciones pero en esta ocasión, vamos a usar la escritura como medio de expresión.
Receta: escribe con todas las palabras posibles y sin ningún tipo de cohibiciones, TODO lo que recuerdes, sientas o veas en tu tiempo presente respecto a lo que ha generado en ti esa situación de abuso. Si te encuentras con la página en blando y no sabes por dónde empezar, recurre a escribir un recuerdo que tengas con esa persona o simplemente, realiza una descripción de ella. Así podrás empezar a tirar del hilo e indagar para dar con lo que compete a tu mundo interior.
Aliento 7
Mi Gratitud
Aliento 7
Mi Gratitud
Creo sinceramente que si la vida no fuera tan maravillosa, no sería vida. Sería otra cosa. No justifico ni apoyo la existencia del sufrimiento, de lo negativo ni de la maldad humana y lo cierto es que estoy cansada de esa fase en la que si existe lo uno, ha de existir lo otro. Pienso que esto puede ser una forma de recordarnos que se puede descubrir y vivir, tanto lo uno como lo otro. Lo cual me lleva a reconocer, que si no llego a tener ese afán de descubrimiento, me habría quedado en la cara fea de la vida, la que te anula y te pisa, la que siempre te pide más y te devuelve migajas en comparación con lo que estás poniendo. Si no llego a proponerme ese equilibrio entre lo que pongo y lo que recibo, me habría terminado auto inmolando. Puede parecer mentira pero es el egoísmo humano el que está dando de comer en la actualidad a la mayoría. Viven preocupados por el mañana sin ocuparse amorosamente de su presente, sin cuidar lo que en ese momento de verdad les garantiza ese mañana tan afanado; echándole las culpas a dios o la vida cuando los mayores responsables de ese tinglao son ellos. Somos nosotros y obviamos que el egoísmo es un arma de destrucción masiva de largo y alto alcance. Si jodes una vida no sólo fastidias a esa persona, también a aquellas a las que esa persona pueda ayudar o beneficiar por el camino. Si Neil Donald Walsch no hubiera decidido salir adelante a través de la escritura yo no habría podido aliviar en mí la toxicidad que me inyectaba una persona de confianza por la espalda. Hubiera necesitado algo más que la bulimia nerviosa, la guitarra, el Conservatorio y mis diarios para salir adelante.
A pesar de todo eso, he sido y soy capaz de estar en el lado bueno de la vida. Aunque eso suponga darte cuenta porque lo miras de frente, del lado malo. El lado bueno es aquel que no desmerece el trabajo de otros, al contrario, lo aprecia y lo valora, ya sea cuidar de alguien o limpiar escaleras. Este lado te permite extraer todo el zumo posible de algo en principio falso, inútil o no creíble. Este lado te lleva a encontrarte con las personas adecuadas en cada momento. Te permite tener lo necesario para aquello que tienes entre manos en ese momento. Esa valoración y reconocimiento por lo que recibes y lo que tienes, se llama GRATITUD, y es el primer asiento de una vida sana, amorosa y plena, con uno mismo. En este lado de la vida, empieza la «magia».
Receta 7
La gratitud permite que todos los elementos de nuestro universo interior permanezcan unidos y ordenados. Es como si fuera un acomodar de una sala de cine o el botones de un hotel. Nos ayuda a no perder las referencias que nos son propias porque forman parte de lo mejor de nuestra existencia humana. Cuando nos hemos roto o hemos vivido en una situación de maltrato prolongado, la gratitud es la fuerza que permite izar las velas del barco para que la corriente nos pueda mover. Porque desde ese lugar, nuestro cuerpo no tiene la energía suficiente para conseguir ese movimiento. Como todo lo que observo en el ámbito que me muevo, cuanto más profundo nace la gratitud en uno mismo, más intensidad tiene y por tanto, mayor estabilidad genera.
Práctica: juega a reconocer los momentos, gestos y acontecimientos vividos que merezcan ese reconocimiento, por pequeños y nimios que parezcan o sean. Elabora una lista y apunta todos los que se te vayan ocurriendo. Observa cómo crece la lista según aumenta la atención que vas poniendo a esta práctica. Te puedo dar una pista y es, que la gratitud que hay en esos momentos, nos hace sentir bien cuando los recordamos y revivimos.
Aliento 8
Respeto
Aliento 8
Respeto
Si no fuera porque la mayor parte del tiempo es muy difícil de soportar, el ser humano vería más de sí mismo de lo que ve actualmente, facilitando así una mayor conciencia de sí. Hay facetas personales o de otros que nos cuesta trabajo de admitir, de ver, de reconocer, de identificar… Ya no solo porque puedan ser más o menos negativas u oscuras, sino porque la humanidad y compasión que generan en nosotros son capaces de llegar a un nivel de conciencia tan distinto del que solemos estar acostumbrados que pueden suponer una transformación inminente, profunda y real. Muchas personas se han quedado aferradas a descubrimientos que han hecho en su vida, o a situaciones traumáticas o incluso a otro tipo de acontecimientos, porque no han sabido, no han podido o no han querido desarrollar, la transformación que ello les genera. Ocurre en los casos de abuso y maltrato de forma abundante. Ambos casos son un tipo de experiencia que nos cambia de forma esencial: afecta a quien somos realmente, por dentro y por fuera. Actuar como si eso no ocurriera termina siendo una incoherencia que nos sale muy cara, porque no nos conduce a lugares positivos, todo lo contrario: destructivos y de una continua infravaloración.
Ese punto interior que se genera ente la vivencia de lo que hemos experimentado será el espacio y el lugar de apoyo de forma simultánea para la transformación en la que puede concluir ese punto mismo. Podemos dar las vueltas que queramos en derredor de ese punto, pero más tarde o más temprano, algo detonará esa transformación y nos empujará a avanzar en dirección a ese descubrimiento interior que el punto apoya como espacio resolutivo. A fin de cuentas, si reduzco de forma esencial el abuso, podría decir que como consecuencia de ser víctima de ello en cualquiera de estos niveles: mental, psicológico, emocional, físico, sexual, sentimental, laboral, social, personal, creativo… lo que se consigue es una transformación propia, cuyo caudal energético —el descubrimiento mencionado— invoca un respeto que merecemos tener, de forma independiente al carácter o la forma de ser ajena. Esto te lleva a reconocerte de forma íntegra desde dicho punto interior, que ha conocido la mayor falta de respeto a la que un ser humano puede someter a otro. Esa falta de respeto consiste en robarte la vida, la identidad, la salud, la independencia, la voluntad, la memoria, el autoestima, el raciocinio, y la libertad de vivir. Porque en arrebatarte todo esto consisten las consecuencias del abuso y del maltrato.
Receta 8
El respeto actúa como línea de límite en las relaciones entre seres humanos, y entre estos seres humanos y otros seres vivos. Es precisamente la forma en que podemos poner distancia sin dañarnos, sin invadir, sin tiranizar o manipular. Una relación basada en el respeto se torna fundamental para poder cortar con todos los patrones de abuso, sobre todo, aquellos que uno realiza en sí mismo o que permite que otros hagan.
Práctica: a lo largo del día de hoy observa en qué momentos puedes estar faltándote el respeto a ti mismo, en qué circunstancia y si puedes, averigua por qué: si estás obteniendo alguna ventaja secundaria en apariencia, si es porque tienes miedo de algo o alguien, si es porque te falta fuerza o motivación, porque no sabes hacerlo de otra forma, etc.
Aliento 9
Sinceridad y Honestidad
Aliento 9
Sinceridad y Honestidad
Hay qué ver cómo cuesta hablar de las cosas tal y como son. Como si ponerle palabras adecuadas y necesarias a nuestros asuntos fuera en detrimento de lo que nos han inculcado desde ciertos mundos. Tenemos una contradicción por norma general bastante absurda: que lo que es negro, oscuro y negativo, se puede ver de color de rosa y así de paso, justificar todos los procesos de ceguera para luego pasar a hablar, desde el victimismo irresponsable y decir, yo no lo sabía, todo iba bien hasta que cambió, etc. Cuando lo que es negro es negro, lo pinte como lo pinte. E irónicamente, cuando parece lo que sí es de color de rosa de forma real, tendemos a estropearlo con lo negro o también, no permitir que lo negro nos deje ver el rosa, color que por cierto, también forma parte de la vida. Tan real como ella misma que es.
Es por eso que el Amor Real aparece y nos empuja a usar esta negatividad como arma de doble filo. Voy a poner un ejemplo muy sencillo: puedo vivir con un bloqueo creativo grande por ciertas historias y dejarlo ahí, en lo negro, lo negativo, lo oscuro… Lo asumo y lo arrastro en la cabeza a modo de creencias como el que lleva un casco desde la Edad Media que aún no se ha quitado. O puedo aceptar ese casco oscuro y negativo y usarlo para otra cosa, por ejemplo, transformarme, que en el caso citado, consiste en ponerme todos los días un ratito a asir mi persona en términos creativos y darme espacio a ver qué sucede. Qué puede ser lo que me ocurre… Darme el tiempo y la oportunidad suficientes para aprender algo nuevo o atreverme con aquello que tanto miedo y ansiedad me genera, aunque en apariencia pueda resultar una nimiedad. En definitiva, lo gordo es que este arma de doble filo que empuñamos constantemente y en la mayor parte de los casos, de forma inconsciente, nos lleva todo el rato una fase concreta: ¿la empuñamos para continuar anclados en lo negativo, oscuro y negro de nosotros mismos o cambiamos el filo de lado y aceptamos el «rosa» disponible para nosotros en ese momento? Quién dice rosa, dice morado, amarillo, azul oscuro, etc.
Por último, hago una aclaración: no conviene confundir lo que el «rosa» produce con la burda imitación que se hace de las personas sensibles y cariñosas. El Amor Real es capaz de derribar muros emocionales que hemos construido como infranqueables, de instalar cimientos sólidos como rocas, de conquistar caminos duros y difíciles, etc. Por eso te digo, ¿quieres un ejemplo de Amor Real? Prueba a ser sincero y honesto contigo mismo, a ver qué pasa. Lo que tiene «lo real» es que todas y cada una de las partes de uno mismo lo saben, hasta el último pelo de nuestro cuerpo lo nota.
Receta 9
La Sinceridad y la Honestidad las necesitamos en nuestra hoja de ruta para satisfacer aquellas necesidades individuales, personales e intransferibles, las cuales parecen escapar a nuestro control, aunque incluso pueda llegar así en muchos casos. Ocurre así por una falta constante de costumbre para poner la atención y los recursos en aquello que sabemos que nos permitirá sobrevivir desde el sentido no abusivo de nuestro tiempo vital.
Práctica: hoy sé sincero contigo mismo y observa cuánto del «rosa» te puedes estar perdiendo por estar demasiado acostumbrado a «lo negro».
Aliento 10
Cambiar
Aliento 10
Cambiar
Si en según qué casos, ser sinceros con nosotros mismos puede resultar difícil por lo que supone, para lo que significa cambiar en un sentido literal del término, tengo para escribir un manual aparte. Qué decir: a pesar de lo inestable, inseguro y lo cambiante del mundo en el que vivimos nos aferramos a lo permanente como el náufrago que hinca las uñas en la balsa tras una zozobra. La inercia que conservamos en nuestro mundo interior con la cual sostenemos lo permanente, a día de hoy es mucho mayor, que la opción de cambiar. Esto ocurre sobre todo por costumbre, porque es lo que nos han propuesto nuestros linajes, nuestras familias, nuestra sociedad y porque, lo hemos aceptado la mayoría sin rechistar. De vez en cuando alguien se revela y suelta algo distinto —ante lo cual o bien huimos despavoridos o bien nos acercamos atraídos por esa nueva melodía que termina luego en rechazo—, ante lo cual es difícil que esa criatura no termine engullida por el ambiente y la inercia general. En este punto, es un acto de heroísmo mantenerse a salvo de todo ello, incluso puede llegar a ser el área en el que más esfuerzos se invierte: se construye día a día una fortaleza que aleja eso que puede destruir tu vida y que mantiene a raya al invasor y/o al maligno.
Sin embargo, es mucho más fácil de lo que parece o de lo que nos puede resultar en principio. Para empezar, no se trata de cambiar a toda costa, porque esté de moda o porque fulanito o fulanita nos lo dice; pero tampoco se trata de seguir siendo como somos a pesar de nosotros mismos, es decir, mantener pautas de comportamiento dañinas, estúpidas e idiotas. Es por eso que en el fondo es sencillo, porque el punto que nos mantiene anclados es nuestra propia forma de abusar de nosotros mismos. Punto que sirve de acicate para que otros puedan abusar de nosotros. Es un punto muy concreto, muy exacto y muy pequeño. Esto permite que «el cambio» necesario para trascender este patrón tenga la contundencia necesaria para cambiar nuestra vida y nuestro interior desde la raíz. Es como sellar una zona milimétrica en toda tu existencia humana general que impide que en tu vida eso que te haga daño se siga perpetuando. El «único» requisito es tener una mínima voluntad para salir de esa inercia en la cual acostumbramos a vivir por un lado, por otro, querer existir y ser de una forma más amorosa con nosotros, a pesar de lo demás. Esto es, a pesar del lado oscuro de la vida y de todo los que la conforman, sostienen y nutren.
Receta 10
Además de lo escrito anteriormente, existen otros motivos por los que no queremos cambiar aunque precisamente sea lo que necesitamos. Esas razones suelen tener que ver con nuestros propios miedos y fantasmas, con los traumas y las heridas anteriores o actuales. Sin embargo, se trata de una serie de aspectos propios, que hablan de cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás; nos habla de todo lo que nos supone o todo lo que significa para nosotros traspasar los límites que los propios miedos, traumas e inercias generan en una transformación positiva —la mejor transformación posible para nosotros. Por ejemplo: no quiero cambiar porque eso significa que ciertas personas nos pueden abandonar, no queremos que nos vaya bien porque si nos va bien otras personas nos pueden usar, etc. Por esto creo que es importante que aprendamos a resolver nuestras propias necesidades independientemente de los demás, ya que, aunque puede parecer egoísta, en el fondo esta independencia está facilitando el uso de recursos disponibles para otras cosas que puedan generar mayor interés y beneficio personal.
Práctica: elabora una lista con diez razones o consideraciones por las que te puede venir bien cambiar y sacar los correspondientes miedos si los tienes, estén más fundados o menos en aspectos racionales y lógicos de tu existencia humana.
Aliento 11
La Soledad
Aliento 11
La Soledad
A pesar de mi juventud sé bien lo que es estar sola en un sentido literal. Si bien las personas que han estado cerca de mí me han podido ayudar, su forma de estar y su vida han impedido que ese acercamiento haya sido real. Por otro lado, reconozco que es mi forma de ser, es lo que cómo soy yo realmente lo que ha sido causa de mi soledad. He sido médium y vidente desde pequeña. Esto significa que he tenido conocimiento del mundo imperceptible para los sentidos físicos y también de futuras situaciones propias o de las personas allegadas. Esto me ha hecho desarrollar una serie de mecanismos centrales para manejarme en las relaciones con los demás, bastante complejos. Estos mecanismos, si bien me han servido para entender y comprender a los demás, han dificultado de forma directa que yo me pudiera entender a mí, mi vida, mi experiencia y mi forma de ser también.
El mundo espiritual ha sido mi vórtice de entrada a estas facultades, no tanto por la información que se ofrece en él —la cual difiere bastante de mi propia experiencia— sino por considerar al ser humano en un sentido más amplio que el físico. Es decir, mis facultades hablan de una trascendencia mucho mayor de la que introduce la religión, la filosofía o el mundo esotérico, donde no se aclara de forma real el quid del asunto porque presentan el gran parapeto que son las creencias. Estas creencias condicionan la experiencia de los sentidos físicos en función de la fuerza que tengan para nosotros.
He anhelado ser más normal, una mujer más sencilla, más simple, sin esta sensibilidad. Es más, lo he intentado por todos los medios. He buscado explicaciones que se ajustaran a la realidad común, pero no me ha servido para nada, salvo para volver de nuevo a esa soledad que arrastra uno como un chicle pegado a sus zapatos. Pero a pesar del desaliento que esto me ha generado, supe encontrar un refugio en algo: la música —bendita música—, la escritura, caminar cerca de zonas de agua, subir pequeñas lomas o montañas o pasear por el mar. La mediumnidad también ha sido lo que me ha acercado a conocer y experimentar lo que es la malignidad en el ser humano. Todo ello en esta soledad de la que hablo, me ha dado frutos de distintas clases, unos más de mi gusto y otros, que directamente me han hecho vomitar.
Es por todo esto que considero que sea cual sea nuestro caso, es decir, sea cual sea el motivo por el que arrastramos esa soledad, necesitamos aceptar esa fase de nosotros que nos retrotrae una y otra vez a esa forma de estar, necesaria en algunos momentos o situaciones, pero no obligatoria en nuestro destino y en nuestras circunstancias. No te engañes, si estás solo por voluntad propia al cien por cien, chapó; pero si no, date cuenta de por qué: entiende y comprende cuáles son los motivos reales de tu soledad y articula tus respuestas.
Receta 11
Caminar en soledad es una elección, no una obligación. No dejes al destino o al azar esa parte tan importante de la Vida, que es vivir acompañado por el tipo de personas que mereces.
Práctica: si has estado solo o lo estás, pregúntate por qué y de forma real, aunque te suela, te asuste o te resulte desconocido, contéstate. Al hacerlo no te trates con desmerecimiento, a pesar de lo que hayas podido hacer o de lo que te hayan podido hacer en un pasado.
Aliento 12
Caprichos
Aliento 12
Caprichos
Hay muchos tipos de caprichos pero voy a nombrar los dos más comunes en el ser humano y que tienen que ver con la temática de este libro. Uno es ese capricho con el que te endulzas la vida, se te hace más fácil o familiar durante un tiempo e incluso, si estás muy espléndido, disfrutas de ello sin dramas, remordimientos o culpas. El otro capricho, es uno de los más peligrosos, esos que pueden llegar a joderte la vida, llevarte a perderte y en otras instancias, más recalcitrantes, jodes a los demás y también consigues que se pierdan. En esta última posición he visto de todo, pero lo más asiduo es el tinglao que se suelen montar estas personas para auto convencerse de que no se han equivocado, de que todo va bien, aunque llegar hasta el final suponga destrozarse uno o destrozar a otro. Esto me recuerda a ese cazador furtivo que busca el marfil del elefante y que a pesar de haber tenido la oportunidad de mirarlo a los ojos y reconocer algo de conciencia en ellos, sigue adelante con su proposición.
Los caprichos bondadosos nos pueden llevar por buenos derroteros en tanto y en cuanto no bajamos la guardia y no nos faltamos el respeto. Desde este punto no obviamos ni dejamos de lado nuestras necesidades. Sé que esto va en contra de cierta parte cultural, la cual nos enseña todo lo opuesto: sacrificarnos para suplir sus necesidades y no las nuestras. Sin embargo, creo que esto podría ser la piedra angular de la mayor parte de los abusos existenciales porque, ¿te reconoces habiéndote dedicado a los demás y a su vez que esos «demás» te hayan dejado a un lado o no te correspondan con el respeto en que tu decisión te posiciona? Voy más allá: ¿cuánto tiempo podemos estar con los ojos cerrados en esta situación?
Los malos caprichos atienden por su propia naturaleza a generar daño y a abusar sin que el resto se dé cuenta de ello, consiguiendo continuamente que sus necesidades estén satisfechas a través de otros, porque entre otras cosas, el sujeto que decide darse el capricho y lo hace, es incapaz de hacerlas por sí mismo. Esta incapacidad no le exime de la responsabilidad ni le hace un pobretico al que atender, al contrario, le otorga una posición de privilegio por la cual todas sus faltas le serán perdonadas. ¿Te suena este tipo de patrón en algún maltratador que hayas conocido o con el que hayas tenido contacto? El objetivo de estas personas es egoísta, egocéntrico y de carácter narcisista, porque pretenden seguir siendo como son a cosa de otros: otros que deberán espabilar en la versión suave o guardarse las espaldas de una agresión o violación en su fase más cruda.
Receta 12
Creo que todos somos caprichosos y también creo que no hay nada de malo en ello, salvo en lo ya comentado: depende de la naturaleza y el sentido de nuestro capricho vamos a llegar a unos u otros derroteros.
Práctica: si tienes el patrón de abuso como víctima es bastante probable que hayas reprimido tus deseos desde pequeño o desde que los abusos comenzaran. Por este motivo, esta vez regálate un aliento y acepta esos deseos, apetencias y querencias. Puedes usar tu fantasía para ello, elaborar una lista y con el tiempo, te invito a que los satisfagas sin que te tiemble el pulso en ello. De momento, para el día de hoy, elije un deseo que pueda ser factible de realizar y llévalo a cabo. Importante: aparta la culpa. Aprende de esas personas egoístas capaces de darse los caprichos que desean sin ningún tipo de complejo. De todo se puede aprender algo bueno.
Aliento 13
Caramelos y Bombones
Aliento 13
Caramelos y bombones
Todos estamos conformados de una materia muy concreta, todos estamos hechos de una pasta. De la misma forma que la sacarosa está en la mayoría de los alimentos dulces que digerimos, a nivel humano, ocurre muy similar. La mayoría de los seres humanos aquí en la Tierra lo que queremos es sobrevivir. El hecho de prolongar nuestra vida lo máximo posible lleva siendo el motor inconsciente de la especie un buen tiempo ya. Esa es la pasta de la que estamos hechos y eso es lo que quiero tratar.
A pesar de que debemos de aceptar la idea de que la supervivencia es puramente física, en su fase más primaria, creo que en realidad y en el fondo, la supervivencia es existencial y la física, depende de esta y no al contrario. Una de las diferencias entre unos y otros es cómo llevamos a cabo esa supervivencia y qué mecanismos llevo a cabo para que la supervivencia sea un hecho sostenido en el tiempo a largo plazo más allá del intento. Con esto quiero decir que, «uno mismo» existe y desde este punto de vista, es por ello que ese «uno mismo» sobrevive.
Nos hemos preocupado y ocupado mucho por organizar y ordenar la supervivencia material, sin embargo, la supervivencia existencial no está todavía al mismo nivel de orden que la supervivencia física. Puede parecer contradictorio pero esta es la realidad de la que solemos partir. Ocurre que la preocupación por la supervivencia material, es una preocupación al fin y al cabo, y como tal, ocupa un espacio bastante amplio en nuestra vitalidad. En algunos casos, puede que sea lo único que ocupe el tablero de juego de la confianza en la vida material. No es que esta fase deja de tener prioridad, sino que cuando se cambia la naturaleza de la destreza de la cual parte para ser conseguida, el sistema existencial se organiza de una forma muy distinta. Muestras de esta supervivencia existencial se pueden ver en el arte, la ciencia, la investigación, descubrimientos, innovaciones, inventos, relaciones humanas, etc. Sin embargo, encontramos todas estas fases ligadas casi siempre al amparo —o desamparo— de la supervivencia física. ¿A dónde quiero llegar? Voy a explicarlo con ejemplo. La situación del ser humano en términos existenciales es como la de una persona con diabetes que ha conseguido poner una tienda de chucherías y golosinas para ganar el dinero justo. Aun teniendo los productos delante y aun decidiendo comerlos, no puede nutrirse de ellos porque su cuerpo se ha vuelto incapaz de asimilar la glucosa que necesita. Así que aquello que le puede nutrir nunca lo hace.
Lo que tiene la existencia humana es que es afectuosa en sí y para muestra de ello, el hecho de que tenemos la capacidad para reconocer que el afecto existe entre distintas culturas e incluso, especies. Con afecto, vivimos mejor, más tiempo, aprendemos más, tenemos un ánimo de mayor calidad, nos desenvolvemos mejor, nuestra creatividad aumenta, la capacidad para descansar y resolver problemas también, etc.
Receta 13
El miedo que tenemos impide la transmisión de afecto y a su vez, la escasez de afecto genera más miedo, de forma que podemos entrar en un círculo vicioso en el que nos vaciamos constantemente. Como todo vacío, hay que llenarlo y procedemos, según cada cual, a usar para ello lo que corresponda: un proyecto, un trabajo, una familia, un sueño, una situación ideal, una relación, alguna sustancia, la comida, etc. No es que esto sea bueno ni malo porque en realidad, dependerá de cómo procedo a realizar el llenado: ¿A costa de mí mismo? ¿A costa de otro? ¿Con expectativas y presiones? ¿Como acto de venganza? ¿Como muestra de poder? Etc. En resumen, mi negatividad y mi escasez quedarán en evidencia.
En el caso del abuso, lo más importante es saber que esa carencia afectiva propiciará el encuentro con los manipuladores y eso sí que resulta realmente perjudicial, porque por más que uno se lo cuente como se lo quiera contar, el que manipula no suele contemplar el cien por cien de la libertad del manipulado pero sí la suya, usando la necesidad de éste como justificación y poniéndolo así, en una situación de inferioridad.
Práctica: mírate al espejo o si lo prefieres, con los ojos cerrados, dite cuánto te quieres. ¿Cómo reacciona tu cuerpo? ¿Tu mente? ¿Tu estomago?
Nota: cuando tú te quieres y te tratas bien, el cuerpo se entera, por eso, quiérete aunque solo sea un poco. Desde este punto la enfermedad es menos enfermedad, la soledad menos soledad y la pena, el dolor y el sufrimiento, también son más pequeños.
Quererse uno mismo abre la puerta a la vitalidad y a la jovialidad: que no te vendan píldoras mágicas ni cuentos de príncipes y princesas. TÚ ERES TU GRAN AMOR, lo demás pueden venir o no, y si lo hacen, es desde la consecuencia del propio quererte.
Aliento 14
Amistad
Aliento 14
Amistad
Hay personas que aparecen en nuestra vida y la llenan inmediatamente de momentos bonitos, de risas, de luz y de cosas que nos resultan agradables y placenteras. Hay otras que consiguen todo lo contrario: desde el primer momento la sacudida o el shock que nos producen negativamente puede ser un momento nefasto. En realidad nos sorprenderíamos de la cantidad de personas que son capaces de quitarnos la energía gratuitamente y sin nuestro consentimiento consciente.
Hay otros seres humanos que generar confusión forma parte de su trato, no sabes en concreto a qué juegan y pueden llegar a marear sobre manera, llegando a ser capaces de darle la vuelta a las situaciones para obtener todo el beneficio posible y de forma egoísta. Si lo necesitan, podrán hacerte creer lo que les conviene aunque eso te perjudique directamente, porque para ellos la ventaja consiste en que el esfuerzo lo hagan los demás, no ellos. El problema de estas personas es precisamente de autoestima, porque les falta un apoyo propio desde el cual sostener la realidad de la que son dueños.
En mi vida he tenido la oportunidad de relacionarme con distintas personas. La mayoría han sido amistades temporales que no se han mantenido en el tiempo. Por mi forma de ser me he abierto a lo que podían aportarme al hacer ellos cosas que para sí mismos eran importantes. Me doy cuenta de que mi capacidad para escucharles y empatizar con ellos sin importar el resto, ha sido una constante que nos ayudado a ambas partes. Pero me cansé. Me cansé de que no me escucharan, de que desaparecieran de un día para otro de repente sin dar ninguna explicación y sobre todo, me cansé de los falsos amigos: aquellos que se atribuyen méritos sobre ti pero que realmente no te han aportado, dado o apoyado nada. Esta es la forma en la cual he aprendido a valorar lo que yo puedo dar en una amistad y además, algo que es de suma importancia para mí: he aprendido a romper las cadenas de la lealtad con quien no lo merece. No puedo ser desleal pero sí puedo ser leal con quien realmente sume en mi vida, empezando en primer lugar, por mí misma.
Receta 14
Las personas podemos llegar a ser muy «hijas de puta», con todo el respeto que le tengo a la maternidad de por medio. Me gusta llamarlos hijoputistas o hijaputistas porque el que más y el que menos entiende a qué me refiero con estos términos. Creo que nos sorprenderíamos de saber cuántas personas con las que nos relacionamos y llamamos amigos en realidad solo nos quieren tener cerca por el interés que tienen en nosotros de forma negativa. Es decir, quieren algo a cambio y no nos van a preguntar. Cuando lo consigan o se cansen, desaparecerán. Un compañero de vida me ha enseñado a no dar tanta importancia a estas personas en nuestro mundo interior y sinceramente creo, que tiene toda la razón.
Práctica: realiza una lista lo más detallada posible de todas las cosas que aportas en las relaciones de amistad que mantienes y a su vez, si te ves con ganas, de las amistades que tuviste en el pasado y que por lo que sea, ya han acabado. Luego lleva la lista contigo durante un tiempo en tu cartera, tu pantalón o déjala cerca de un lugar que suelas habitar. A ver qué sucede…
Aliento 15
Cura de egoísmo
Cura de egoísmo
Esto que voy a contar a continuación es muy frecuente en las personas que hemos tenido o tenemos tendencia a dejarnos abusar; y es que nos falta egoísmo. Diría que mucho. Cuando intentamos serlo es como que no nos sale, nos encontramos incómodos e incluso, terminamos haciéndonos daño. ¡Qué trabajo nos cuesta pensar en nosotros! Como si más allá del acto egoísta llevado a cabo nos esperara una venganza divina o algo más difícil de recoger.
Puedo declarar por propia experiencia que, detrás de un acto egoísta de alguien con estas características, hay todas unas ganas de cambiar o de desembocar en un lugar bien distinto del que se encuentra como abusado. De ahí que haya escrito antes que nos puede esperar «algo difícil de recoger». ¿Estamos preparados para recoger por nosotros mismos los frutos de nuestra cura de egoísmo? Es decir, avanzar más allá de todo esto: que nos comportemos por fin, egoístamente, nos llevará a dejar la cruz y el sacrificio que tanto ama nuestra cultura; y también nos llevará a dejar atrás esa experiencia de abuso o incluso, a bromear sobre nuestro pasado.
Este capítulo es más corto. Realmente, creo que no hacen falta más palabras.
Receta 15
Deseo que en el futuro la humanidad abandone el egocentrismo y pase a vivirse desde el «yocentrismo». Mientras tanto, que los tontos seamos egoístas en lo que los egoístas dejan o no de serlo.
Práctica: Elige un acto egoísta con el que te encuentres más o menos cómodo y llévalo a cabo: apuesta por ti en tu tiempo.
Aliento 16
Simplificar la vida a pesar de su complejidad
Aliento 16
Simplificar la vida a pesar de su complejidad
Amo todo lo relativo a la existencia humana, principalmente por lo que resulta del acto de vivirla, del pasar de los años y las circunstancias. Recuerdo cuando leí «La casa de los espíritus» de Isabel Allende. Me encontraba en plena adolescencia en Jaén. Era verano y teníamos esas noches calurosas que los de allí conocemos. Empecé el libro y no pude parar hasta que lo acabé. En menos de una semana me lo había leído. Lo que me sorprendió de la historia fue la repetición en distintas generaciones del mismo hecho entre la mujer y el hombre. Quién me iba a decir a mí que, años más tarde, yo me estaría preguntando sobre esto mismos para aplicármelo a mí. El día que acepté que una mujer joven e inteligente como yo había podido ser anulada y rota en mil pedazos por un maltratador psicológico, comenzó la búsqueda del por qué y del cómo había podido llegar hasta ese punto.
Han pasado ya un número de años suficiente como para poder echar la vista atrás. Mucha energía y mucho esfuerzo he tenido que hacer para recuperarme y si bien, a veces parece que retrocedo, cada vez avanzo con más fuerza y más conocimiento sobre mí misma. Las dos semanas siguientes a haberme dado cuenta de la situación que había estado viviendo en aquella relación, estuve llorando sin poder parar de hacerlo. Creí haberme vuelto loca por lo siguiente: por querer entenderlo a él forcé la conciencia que tenía de mí misma en ese momento, lo cual me produjo una rotura de la energía psíquica por el impacto que causó el entender dos realidades —la suya y la mía— antagónicas y ambas totalmente válidas para el universo. Lo que luego he tardado años en descubrir y lo he hecho en la más absoluta soledad, es que en esta realidad había irresponsabilidad y egoísmo y en la mía no. Mi error fue no haber sabido decir basta en ningún momento: no supe pararlo; no consideré si quiera que tuviera derecho a hacerlo. Mi voz estaba amortiguada por mi condescendencia. De alguna forma él tenía derecho a ser así y yo no, porque mi forma de ser era el problema. Dejó de atacarme cuando ya pasé a vivir como un autómata sin voluntad. Ver aquello me destrozó el alma porque no entendía qué clase de persona necesitaba someter a otra, a otra a la que supuestamente amaba, todo para sentirse a salvo y tranquilo.
A raíz de esta experiencia, aprendí a reconocer experiencias similares en mis entornos más cercanos y familiares. Me consolaba diciéndome: ellos no lo saben.
Receta 16
Aquel que llamamos «maltratador» vive y se concibe con cierta superioridad al respecto del maltratado. Por los motivos principales que sean, el maltratador se siente superior, más fuerte o más importante que la víctima y ésta a su vez, asume o acepta este lugar, de forma que, en tanto y en cuanto no se coloca al mismo nivel en términos de igualdad y dignidad humanas, forma equipo con el maltratador. El hecho de que la víctima consiga colocarse en este lugar, le permite asumir su poder y romper con la inercia en la dinámica relacional existente desde este nivel de coherencia y/o ética. Es en esta igualdad en la que se puede acceder a la conciencia del límite entre el abusado y el abusador, para llegar a emprender los mecanismos de acción adecuados para interrumpir el proceso.
Práctica: busca un talento propio que tengas en común con esa persona que sientas que te maltrata o que haya abusado de ti. Una vez encontrado, piensa si esto podría ser realmente un problema para él en la relación. Ejemplo de talentos o capacidades: habilidad para el deporte o para alguna actividad —escritura, comunicación…—, un rasgo de la personalidad —asertividad, capacidad para conectar, generar confianza, generosidad… Incluso, un sueño que te hayas propuesto conseguir como propio. No es un talento, pero sí que es una situación que puede devenir en desconfianza ajena.
Aliento 17
Amplificar lo humano para conseguir resultados visibles
Aliento 17
Amplificar lo humano para conseguir resultados visibles.
Nuestra psique está conformada por una estructura emocional y mental que nos mantiene funcionando en nuestro devenir diario de una forma muy concreta. Esta estructura hace que nos relacionemos con los demás e incluso con nosotros, con unos patrones característicos y peculiares. Me gusta decir que los conflictos humanos vienen a ser comunes y generales en todos pero que, el cómo se conforman en cada uno es lo que es particular. Todos tenemos hecha la casa del mismo tipo de ladrillo aunque la arquitectura sea distinta. Este hecho, en lo conveniente al Amor Real que mencioné al principio, es diversidad, integración, transformación, descubrimientos, hábitos nuevos, nutrición de distintas formas, etc. Sin embargo desde la negatividad es una guerra constante por la forma en que se tratan las diferencias.
Estos rasgos que nos hacen distintos definen de raíz las relaciones entre mujeres y hombres. En la actualidad la figura de poder físico, político, social, etc.; sigue siendo la del hombre. Aunque la mujer está avanzando, la desigualdad sigue sosteniéndose con mucha fuerza y por unos derroteros complicados. La mujer del siglo XXI tiene que enfrentarse y convivir a diario con esta desigualdad e injusticia, que vivida y llevada como algo «normal e irremediable» nos mantiene en un sueño del que pocas —y pocos— se atreven o son capaces de despertar.
En mi caso he vivido esta disparidad en cualquier parte que he estado. Toda la estructura general está conformada por esta diferencia de poder entre la figura del hombre y la figura de la mujer. Pocos hombres son los que reconocen la igualdad que existe como seres humanos entre ellos y las mujeres, y creo que lo más agravante aún es que todavía es la propia mujer la que defiende y apoya esta desigualdad dentro sí, mediante unos mecanismos muy mezquinos de machismo.
He de decir que no solo la desigualdad de poder es lo que existe actualmente. A esto hay que añadir el nivel de competencia egoísta que también actúa como freno y como forma destructiva de actuación. Me refiero con competencia egoísta a todo ese mecanismo constituido por artificios montados para obtener la posición o el lugar que uno quiere, con el objetivo de defender la posición ya conseguida a costa de otro o a pesar de él. De dicho proceso resultan las relaciones tóxicas más fuertes que he observado, porque como quieran y estén dispuestos, son capaces de cebarse contigo hasta el final. Llegan a ser inagotables. Y así es, hasta que uno consigue encontrar la salida porque normalmente, ellos no son los que se paran ya que al final, terminas siendo tú la batería de la cual obtienen su combustible.
Esto es lo que llamo en este libro «Abuso existencial» y aquí estamos la mayoría de la humanidad aún. Cuando uno realmente se ha podido desvincular de ello, es cuando puede trascender el nivel de abuso que tenga. Para ello tenemos que echar mano de nuestra fragilidad. No para victimizarnos sino para obtener a través de esa vulnerabilidad el conocimiento y la sabiduría necesarios para avanzar. Una vez asimilamos el conocimiento obtenido, podemos no solo marcarnos la dirección adecuada, sino también no caer de nuevo en el mismo lugar. Esto último es lo que más nos interesa, ya que el abuso hay que dejarlo atrás desde la conciencia que nos da el haberlo vivido, no desde la ignorancia del mismo.
Receta 17
El conocimiento y la sabiduría que vamos obteniendo de las experiencias personales nos retrotraen continuamente a una fase propia que nos acerca a nosotros. Es decir, nos acercan a aquellas cualidades que ya tengo, que son como herramientas de mi propia caja y que puedo cosechar para beneficio propio.
El poner el conocimiento de manifiesto amplifica quien soy yo y como por arte de magia, introduce cambios en mi vida interna y externa. Cuanto más conocimiento propio aplique, más y mejores resultados obtendré. Enfatizo el hecho de que esto no depende de ninguna creencia, es una realidad y el practicarlo o no en uno mismo, responsabilidad propia.
Práctica: toma nota de algún aprendizaje de vida o conocimiento propio que tengas y aplícalo en ti, en tu vida cotidiana o donde se te ocurra en algún momento del día. Ejemplo: sé que cuando me doy aquello que necesito estoy más tranquila.
La máscara del cuerpo
Aliento 18
Aliento 18
La máscara del cuerpo.
Para poder trabajar bien la temática de este manual, debemos de tener claro que, la forma principal de abuso recae sobre todo lo que tenga que ver con el cuerpo físico y tenga que ver con él. El cómo nos relacionamos con nuestro cuerpo es lo que define nuestras relaciones humanas, puesto que la relación con los demás está muy marcada por la relación con uno mismo, y la relación con uno mismo parte a su vez, de la relación con el cuerpo.
Esto no contradice ni apoya las creencias respecto a lo sobrenatural, trascendental o invisible —el más allá. Además es el punto de partida en todos y cada uno de los seres humanos independientemente de las creencias que tengamos respecto a uno mismo; también es independiente de la forma en que expliquemos la vida o la cantidad de dinero que tengamos en el banco.
Si soy capaz de ver cómo me relaciono con mi cuerpo o con el aspecto material, puedo dar con el punto exacto para la sanación de cualquier abuso existencial, físico —violencia, esclavitud, hambre…—, emocional —malos tratos, vejaciones—, sexual, sentimental, etc.
La dificultad aquí es, más bien, ser lo suficientemente honesto con uno mismo para poder mirarse de forma amorosa para identificar desde dónde me estoy relacionando con mi cuerpo. No es solo sinceridad ni el hecho de que podamos encontrar una explicación pertinente, o que asistamos al personal cualificado para ayudarnos. No es suficiente. Estoy hablando de lo que se nos está pidiendo en el fondo es TODO UN GRAN ACTO DE AMOR HACI A UNO MISMO. Acto que necesita del reconocimiento real de la valía que cada uno tiene y atesora por el hecho de ser humano. Esto no depende del patriarcado, del éxito social, del amor de una madre, del político de turno ni del éxito de mi empresa. Esto depende única y exclusivamente de uno mismo y se hace desde dentro hacia uno. Parte de uno y vuelve a uno, sin necesitar nada de nadie.
Receta 18
A pesar de lo simple que es cuesta mucho trabajo de hacer, sobre todo si estamos acostumbrados a depender de otros o estar pendiente de otros aspectos para no sentir nuestro propio miedo. También tenemos miedo de nosotros mismos y eso es lo que más trabajo puede costar de ver; de aquí la necesidad de recurrir a la honestidad. Una vez aquí, es donde encontramos nuestro mayor aliento.
Práctica: Identifica cómo te relacionas con tu cuerpo y para ello, sírvete de estas fases si te ayudan: rechazo al cuerpo, abandono o dejadez, despreocupación irresponsable, odio, aburrimiento, cansancio, desprecio, venganza, ira, rabia, violencia, ignorancia; delicadeza, cariño, aprecio, comprensión, conocimiento del mismo, cuidados, hipocondría, perfeccionismo, miedo a equivocarse en lo relativo al cuerpo o la salud, hambre…
Aliento 19
El día que vi mi futuro
Aliento 19
El día que vi mi futuro
La primera vez que tengo la memoria clara y nítida respecto a lo que supone ser vidente —ver el futuro— fue un día que estaba estudiando guitarra en la casa en la que vivía. Resulta que yo había escuchado hablar a Rajoy en televisión de la crisis y al día siguiente, la que vio su futuro respecto a la crisis en España, fui yo. Por supuesto, ese futuro era materialmente nefasto: penuria económica total y absoluta. Es decir, iba a seguir dependiendo de los demás para subsistir.
Estudié guitarra clásica en los conservatorios de Jaén, Sevilla y Salamanca. Acabé los estudios superiores en esta última ciudad. Mucho trabajo y muy duro, mucho sacrificio, mucho estudio y las mayores recompensas: los profesores que tuve. El último fue muy generoso conmigo en cuanto a sus conocimientos sobre guitarra y sobre música. Se apasionaba dando clase. Gracias a él y a otro profesor me interesé por la composición, que para mí es la parte más creativa de la música. Cuando acabé el conservatorio estaba destrozada: había conseguido mi objetivo académico pero en lo sentimental, estaba muy perjudicada por el efecto, ya visible en mí, que había conseguido el maltrato psicológico. Cuando acabé la carrera todavía faltaban unos meses para llegar a convertirme en una persona autómata que vivía por inercia sin ofrecer resistencia. Pasaron meses hasta que puse fin a esa relación de pareja. A partir todo fue muy rápido y muy diferente a todo lo que había vivido antes.
Durante los años posteriores, sobre todo en el momento de dejar la guitarra, todo fue críticas y reproches, como si fuera culpa mía el no tener alumnos o no seguir dedicándome a la música. Cuando la crisis lo primero de lo que recortaron la mayoría de familias fue la música. Demasiado lujo tal vez. Así que tuve que improvisar con lo que tenía y me estaba apasionando en ese momento: el tarot por un lado y por otro, muchas ganas de compartir con otras personas, aquello que había descubierto a través de mi cabezonería por recuperarme del maltrato. Este descubrimiento a su vez podía ayudarnos a estar mucho mejor con nosotros mismos. Sin embargo, me encontraría con otra dificultad: la gente no quiere enfrentarse a aquello que le perjudica y mucho menos, cambiarlo. Esto tiene su por qué y en según qué casos, a veces es cuestión de poder y otras es cuestión de querer.
Receta 19
Hay todo un entramado económico en cada país que lo sostiene tal cual es en ese momento. No es solo cuestión de decisiones políticas, empresariales, autonómicas o estatales, como nos quieren hacer creer. No se nos puede olvidar que al otro lado de la balanza estamos nosotros, y que sin eximir de la responsabilidad que tienen los que ostentan el poder, por lo inherente a sus posiciones, nosotros nos encontramos en el otro lado, siguiendo o apoyando ciertas corrientes en función de cómo vamos encajando en ellas y de cuán cómodos nos encontramos. Realmente son pocos los que se dan cuenta del esfuerzo que hay que hacer para cambiar los ambientes existentes en pos de un mayor beneficio común, porque cuando existen las condiciones externas necesarias, es más fácil que lo de dentro emerja y se posicione de una forma o de otra. Sin embargo, cuando lo de fuera no propicia nada nuevo o nos conduce a una parte más negativa y mediocre, poco podemos esperar de lo ajeno a nosotros. En realidad, no deberíamos de esperar, porque la vida no cambia sola y el ser humano, tampoco.
Práctica: hoy dedícate a crear ahí donde te encuentres un entorno favorable para ti. Por ejemplo: si tienes el armario desordenado ordénalo o si cuentas con alguna habitación de trastos, límpiala; despeja tu cabeza de dudas y malos pensamientos… Simplemente haz espacio en ti de la forma en que se te ocurra. No esperes a que nadie lo haga si lo necesitas.
Aliento 20
Abuso por machismo
Receta 20
Abuso por machismo
Llegados a este punto del libro he de decir varias cosas más. Estamos inmersos en un mundo y un ambiente tremendamente machista y competitivo, donde nada parece ser suficiente: el patrón y el listón de exigencia es tan alto que algunas personas caemos por el camino. Ese machismo nos lleva continuamente hacia un patrón de perfección muy difícil de alcanzar y sostener en el tiempo, si se quiere ser uno mismo en lugar de ser una versión mediocre o figurada de quien uno es. La mediocridad viene dada por una falta de valoración de lo que se supone que es estar vivo en la Tierra. Ese «estar vivos» en un cuerpo físico —no necesita de nada más que no sea el simple hecho de estar en el cuerpo. No puedo ser yo mismo si no es uno mismo el que habita los huesos y la carne.
Concebimos la muerte como el fin de nuestra existencia, como si estar vivos fuera tan solo este momento; y aunque en parte podemos tener razón, en parte también estamos equivocados.
Todas las mujeres y todos los hombres tenemos algo que nos lleva o nos devuelve a esa parte de nosotros donde parece no haber nada más que esta vida. Pero si te paras a escuchar esa parte, se convierte en el dintel de una puerta por la que podemos cruzar a nuestra conveniencia y por nuestra propia satisfacción: la de estar vivos en el cuerpo y fuera de él.
¿Qué tendrá que ver la muerte con el abuso machista? Todo, lo tiene que ver todo. El machismo es una fuerza generada y una estructura conformada desde una bóveda de pensamiento que nos lleva al continuo abuso de esa capacidad nuestra de producir —fabricar, elaborar, ofrecer bienes y servicios, colaborar altruistamente, etc. — que tanto protagonismo tiene en el capitalismo del siglo XXI. Ese exceso de producción marca la pauta de nuestros ciclos y no al contrario, que es como creo que debería ser. Es como pedirle a una mujer que tenga muchos hijos seguidos sin haberse recuperado del parto anterior, o como si una tuviese que funcionar en un entorno de abuso como si éste no existiera. Si pudiera cada uno vivir y estar con esos ciclos que nos son propios, nuestra calidad de vida aumentaría en grados. No solo por disponer del tiempo necesario para recuperarnos de la energía depositada en la labor que nos ocupa, sino también porque en ese estar con nuestras pausas o descansos, además de producirse una revitalización, se generan los espacios apropiados para escucharnos, darnos cuenta de las cosas que nos suceden o para percibir sutilmente, que algo no anda bien.
La feminidad está desgastada de tanto desempeñar el mismo papel, el puesto que ocupa en la civilización y las labores que realiza no corresponden con todo el potencial que tiene. Ese desgaste se debe a que ha asumido una posición de sacrificio y ayuda que no le corresponde por obligación y que la lleva a aislarse continuamente en sí misma. Sacrificarse y obligarse a hacer lo que se supone que tienes que hacer como madre, como hija o como mujer, es lo mismo —literalmente— que cavar más honda tu propia tumba o dejar que te devoren un poquito más cada vez.
Receta 20
El abuso se da de raíz en nuestros cuerpos, en las medicinas, en la cama, en la cocina, en la enseñanza, en el aspecto económico, en el sometimiento cotidiano, en la falta de independencia, en las emociones o sentimientos propios usados por otros bajo pretexto de ayudarnos y hacerlo por nuestro bien, etc. Llega hasta tal punto que te pueden decir qué hacer, cómo, cuándo, dónde y por qué. Es más evidente aún, cuando los que te dicen qué hacer y cómo ser, no mueven un pelo para ellos abandonar la posición de privilegio que tienen, y que por supuesto, no quieren soltar: que te escuchen, te den atención y te apoyen, se cotiza muy alto. Pero a la hora de la verdad, a una misma o a uno mismo, ¿quién le apoya?
Práctica: hoy investiga en tu pasado o en ti misma e intenta reparar en qué es aquello, que siempre o casi siempre alguien hace en tu lugar pero que pertenece a tu territorio (tu casa, tu trabajo, tus cuidados, tu cuerpo, tus relaciones, etc.). Cuando des con ello, ten presente que en hacer eso por ti misma —o aprender a hacerlo— tienes tu libertad y en esa libertad, el fin del abuso.
Aliento 22
La Independencia
Aliento 21
La Independencia
Mucho se ha hablado y se habla de lo que es ser independiente, pero pocos son los que conocen lo que realmente supone en la vida diaria, y yendo más allá, del valor que tiene serlo.
La independencia significa que solo tú podrás decidir por ti mismo y saber lo que te conviene en cada momento de tu vida. También ser independiente supone llegar a una práctica diaria de que lo que quieres lograr ser, alcanzar o conseguir solo podrás hacerlo por ti mismo. Esto ocurre por un motivo muy sencillo: el conseguir las cosas por uno mismo implica que eres conocedor de los pasos que has dado, de las decisiones que has tomado, de las conexiones que has perdido o has ganado y de todo lo que ello te ha aportado. La independencia añade un valor a las cosas porque en ella, está la clave para ser uno mismo en libertad, sin engancharte a causas perdidas ni consolarte con futuros probables. Ser independiente es el garante del éxito de tu vida, decidas lo que decidas y tomes el camino que tomes.
Es un regalazo no depender del estado del cuerpo para ser tú y aun así poder serlo gracias a él. Es un regalazo poder hacer aquello que te gusta o amas por el simple gusto de hacerlo. Es un regalazo no depender de la atención de los demás o del hecho que alguien se acuerde de ti. Es un regalazo no necesitar el permiso de nadie para hacer, pensar, decidir o sentir… ¡Para ser! Es un regalazo valorarse por encima de todas las vicisitudes, a pesar de los desprecios, traiciones y rechazos ajenos.
La libertad y la independencia son pareja en el cosmos porque es gracias a esa independencia que puedes aplicar la libertad. Si permites que abusen de ti, abusan de tu vida, de tu intimidad y de cada uno de tus recovecos, cuando todas y cada una de tus partes, necesitan en realidad ser apreciadas independientemente de lo que hagan los demás.
Receta 21
Subestimamos el poder que tiene nuestra imaginación o nuestra capacidad para pensar e idear situaciones distintas. Sin embargo, es gracias a estas capacidades que encontramos nuestras aptitudes para subvertir la actualidad hacia derroteros positivos que venimos anhelando. Nadie me dijo hacia dónde me iba a conducir ese estado interior de paz que imaginaba en la época de transición a mi vida presente, ni que de ahí nacería la Escuela en la que hoy comparto mi conocimiento, la cual me está conduciendo a la mejor circunstancia vital que necesito para ser yo, creer en mí, en mi trabajo y mis capacidades.
Práctica: por hoy, créate una burbuja imaginaria o reflexiva —desde un espacio de reflexión y aislamiento en tu intimidad— e, independientemente de todo (las preocupaciones, el sistema económico, los políticos, el hambre, el mundo, la soledad, la muerte, el maltrato, el abandono, de la sociedad, las creencias de tu familia o las propias…): DISFRÚTALO, ESTE LUGAR ES TUYO Y NADIE PUEDE QUITÁRTELO. La única condición o consejo es que en él solo habites tú. Más adelante, podrás invitar a cualquiera —imaginativamente hablando— siempre y cuando sientas que es correcto para ti.